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La ofensiva terrorista

El Gobierno ofrece un acuerdo de mínimos contra ETA en el que estén PP y PNV

El PSE censura la manifestación convocada por Ibarretxe pero acudirá para favorecer la unidad

Luis R. Aizpeolea

La unidad contra ETA se ha convertido en el primer objetivo político del Gobierno tras el atentado del pasado 30 de diciembre que dejó dos muertos en el aeropuerto de Barajas. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, planteará a los portavoces de los grupos parlamentarios un acuerdo de mínimos. Con este instrumento pretende abordar la nueva etapa tras el fin del proceso abierto el pasado julio para el fin dialogado del terrorismo etarra, uno de los principales problemas en España que dura 38 años con distintos periodos de tregua que ETA siempre truncó con atentados mortales.

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El Partido Popular ha sido el único que durante los días posteriores al atentado de ETA cargó con especial dureza contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En las concentraciones convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo, donde participaron cargos públicos del PP, se han coreado insistentemente gritos contra el presidente del Ejecutivo.

En las horas posteriores al atentado, los dirigentes populares exigieron la vuelta del PSOE al Pacto Antiterrorista que ambas formaciones acordaron en 2000 para combatir a ETA y dar la espalda al nacionalismo vasco que, para entonces, estaba en una estrategia de acuerdos con la formación independentista Batasuna que excluía a los partidos no nacionalistas.

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A la exigencia del PP de vuelta al Pacto Antiterrorista, el PSOE y el Gobierno replicaron con la necesidad de impulsar un acuerdo sin exclusiones sobre estrategia antiterrorista, dado que las condiciones de 2000 habían cambiado básicamente porque el nacionalismo vasco había colaborado con lealtad durante el proceso para el fin dialogado de la violencia de ETA.

Por eso, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, planteará a partir del martes a los líderes de todos los grupos parlamentarios la necesidad de un consenso general para combatir a ETA una vez que se ha dado por liquidado el proceso de diálogo con los terroristas.

"Planteamos un acuerdo de mínimos, porque entendemos que va a ser muy difícil alcanzar un pacto con el PP escuchando sus opiniones. Pero al menos queremos consolidar una base sobre la que podamos dialogar", señala un miembro del Gobierno. "A la vez, en esta nueva etapa no podemos prescindir del PNV, su apoyo es fundamental para aislar a los terroristas y estamos dispuestos a esforzarnos por mantener la buena sintonía que ha habido hasta ahora", concluye.

En los últimos días, las declaraciones del lehendakari Juan José Ibarretxe, partidario de mantener el diálogo con los terroristas y con la formación política ilegalizada que los apoya, Batasuna, han llevado la preocupación al Gobierno.

La manifestación que el lehendakari ha convocado para el próximo sábado también ha incrementado la inquietud pues el lema -"Por la paz y el diálogo"- colisiona con el criterio del Gobierno central, que considera inviable seguir las conversaciones con ETA tras el brutal atentado que costó la vida a los ciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

El Gobierno ha intentado en las últimas horas frenar un nuevo enfrentamiento con el lehendakari, y por eso ayer el secretario general del PSE, Patxi López, anunció que su partido acudirá a la manifestación convocada para el próximo sábado por Ibarretxe.

Los socialistas vascos censuraron esta iniciativa, por el lema elegido, y dieron a entender el viernes pasado que no la secundarían. Pero el Ejecutivo socialista entiende que en estos momentos sería un error trasladar a la opinión pública una imagen de desunión en todos los frentes para luchar contra el terrorismo de ETA.

Dirigentes del PNV han trasladado a los socialistas que la apelación al diálogo en el lema de la manifestación convocada por Ibarretxe se refiere a diálogo entre los partidos políticos democráticos y en ningún caso con la banda terrorista ETA.

Rubalcaba intentará convencer a los portavoces parlamentarios de la necesidad de ese "acuerdo de mínimos" que no se plasmará por escrito, a diferencia de lo que ocurrió en 2000, cuando el PSOE y el Gobierno del PP firmaron un documento en el que se establecía que los dos grandes partidos que pueden gobernar España se comprometían a no pagar un precio político por la paz y a no hacer de la estrategia antiterrorista un motivo de confrontación partidaria.

El PP ya ha anunciado que es muy difícil alcanzar acuerdos donde estén presentes partidos nacionalistas cuyas opiniones respecto a la situación en relación con ETA son contrapuestas a las que defienden los populares. Rajoy comentó hace días que es imposible llegar a un acuerdo con un partido como Esquerra Republicana de Cataluña, uno de cuyos dirigentes ha declarado en relación con el proceso para el fin del terrorismo que ETA puso más que el Gobierno para que saliera todo bien. Ni con el PNV, que sigue manteniendo la necesidad de tender puentes de diálogo con ETA y con Batasuna pese al atentado perpetrado en Barajas.

En el PNV, las voces más partidarias de mantener el diálogo son las del lehendakari Ibarretxe y Joseba Egibar. Sin embargo, el líder del partido, Josu Jon Imaz, ha declarado en los últimos días que las bases para el diálogo saltaron por los aires cuando ETA atentó en el aeropuerto.

Trabajos de desescombro en el aparcamiento de la T-4 de Barajas.
Trabajos de desescombro en el aparcamiento de la T-4 de Barajas.C. MANUEL

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