Un trasplante devuelve las manos a una mujer 28 años después de perderlas
Un equipo de La Fe de Valencia realiza la primera operación de este tipo en España
Alba N. C., de 47 años, vuelve a tener manos 28 años después. Las perdió, junto a seis centímetros de antebrazo, en un accidente en clase de química en su país, Colombia, antes de que se trasladara a Castellón, donde reside. El 30 de noviembre recibió la noticia que esperaba: había aparecido una donante. Tras una intervención de nueve horas en el hospital La Fe de Valencia, el equipo del cirujano Pedro Cavadas logró implantar las extremidades que, dijo, le permitirán llevar una vida independiente. Es el séptimo trasplante bilateral del mundo y el primero en España.
"Cuando desperté me vi las manos preciosas", recordaba ayer Alba desde la habitación del hospital La Fe en la que se recupera, "fue lo primero que dije a los médicos". "Me encuentro muy bien, muy feliz", comentó la paciente, que podría recibir el alta esta misma semana y que apenas once días después de la intervención ya está realizando ejercicios de movilidad pasiva. Pasarán otras dos semanas antes de que pueda comenzar a mover ligeramente los dedos o la muñeca a voluntad. Y entre cinco y seis meses para que recupere algo de sensibilidad, como la percepción del frío o el calor. El objetivo final es que pueda llevar una vida independiente, como apuntó Cavadas, y vestirse, asearse o poder realizar por ella misma otras tareas cotidianas.
Alba, colombiana residente en Castellón, había sido seleccionada hacía meses por la Fundación Pedro Cavadas para someterse al doble trasplante. El equipo de este cirujano, que trabaja en el Centro de Rehabilitación de Levante, una entidad privada gestionada por mutuas laborales, tenía el visto bueno de la Consejería de Sanidad, que cedería para la intervención el hospital La Fe y anestesistas propios. Faltaba el aval de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que llegó en septiembre. Entonces empezó la cuenta atrás para dar con una mujer que sirviera como donante y que se ajustara a dos condiciones. Tenía que tener el mismo grupo sanguíneo de Alba y unas extremidades con un tamaño y tono de piel adecuadas.
Llegó el aviso
El aviso llegó la mañana del 30 de noviembre. Había una donante multiorgánica, más joven que la mujer receptora, que cumplía con estos requisitos a varios centenares de kilómetros de Valencia -la procedencia y las características de esta persona están sujetas a confidencialidad-, por lo que se activó el protocolo. Alba fue avisada a mediodía y se la trasladó al hospital valenciano donde, hacia las 21.00, comenzó la fase preoperatoria: anestesia, abrir los dos muñones y preparar el camino para el injerto de sus nuevas manos. Horas antes, dos cirujanos se habían desplazado al hospital donde se encontraba la mujer fallecida para ocuparse del proceso de extracción de las dos extremidades. "Los brazos se traen a la altura de los codos para tener suficiente tejido para trabajar", relató el cirujano que ayer anunció la operación acompañado por el consejero de Sanidad, Rafael Blasco.
El avión de la ONT aterrizó en Manises hacia las 23.00 y minutos después comenzó la operación de forma paralela. En ella participaron cinco cirujanos de la Fundación Pedro Cavadas junto a dos anestesistas del hospital La Fe, dos enfermeras instrumentalistas y tres auxiliares. La intervención consistió en unir los huesos, arterias, venas, nervios, tendones y piel; un trabajo minucioso para el que se recurre a la cirugía microvascular.
Pese a lo laborioso de esta tarea de reconstrucción, que se prolongó hasta las 6.00 del día 1 de diciembre, no es lo más complicado, según Cavadas. "Lo difícil es la coordinación, medir los tiempos", parte en la que tuvo protagonismo la ONT. "Trabajaron de forma impecable, permitiendo que justo cuando teníamos preparada a la paciente llegaran las manos para trasplantarlas".
La intervención anunciada ayer es la primera de estas características en España y la séptima en el mundo, detrás de Francia, Austria o China.
En total, desde que hace ocho años se practicara el primer trasplante de brazo en Louisville (EE UU), hay referencias de otros 26. Todos estos pacientes necesitan medicación inmunosupresora de por vida para combatir el rechazo al miembro ajeno. De hecho, los dos únicos casos en los que se ha tenido que extirpar el órgano injertado -en Francia y China- han sido en pacientes que dejaron de tomar estos fármacos. Y es que se trata de productos tóxicos (cada vez menos) que pueden presentar efectos secundarios. Pese a estos riesgos, Cavadas defendió esta técnica frente al desarrollo de prótesis cada vez más funcionales.
DOBLE INJERTO EN VALENCIA
El cirujano que ha coordinado la intervención espera que la paciente tenga en seis meses sensibilidad
en las manos.
Alba tendrá que mantener un tratamiento con inmunodepresores de por vida para combatir el rechazo.
Se trata del séptimo trasplante de las dos extremidades que se practica en el mundo y
el primero en España.
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