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Reinterpretar la ciudad

La ubicación de Sevilla en la llanura de inundación del Guadalquivir ha marcado históricamente su forma urbana. La necesidad de defender, progresivamente, los suelos consolidados o de crecimiento de las inundaciones ha obligado a la realización de importantes obras de infraestructura hidráulica, tanto sobre el Guadalquivir como sobre otros cauces. La condición de anegadizos de la mayor parte de los suelos exteriores a las defensas le ha impuesto a la ciudad un crecimiento a saltos que, sin embargo, no ha tenido un reflejo de homogeneidad urbana en cada una de las áreas paulatinamente agregadas.

Sevilla, de igual manera que la mayoría de las ciudades andaluzas y en contraposición con el resto de ciudades españolas de su rango, no fue capaz en su momento de construir un ensanche general, limitándose a planificar ensanches parciales (Sector Sur, Nervión o Los Remedios), que sólo se consolidarían muchos años después y con características tipológicas y arquitectónicas muy diferentes a las inicialmente previstas por el Ayuntamiento, abarcando grandes áreas urbanas y la concentración de la propiedad del suelo, sobre todo en el este y sur del municipio.

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Un gigante emerge en la llanura sevillana

Con el nuevo Plan General se ha pretendido reinterpretar la relación de Sevilla con el Guadalquivir. En segundo lugar, la rehabilitación del espacio colectivo, fundamentalmente en la periferia nororiental de la ciudad, donde, quizás provocado por esa cierta obsesión histórica de la ciudad con el Guadalquivir, se ha construido un artefacto urbano vulgarizado. Una rehabilitación que se instrumenta a través de la inserción de múltiples acciones de cualificación urbana, articulación y sutura. Sin espectáculo.

Y, finalmente, el descubrimiento. El descubrimiento de la potencialidad del río Guadaira como nuevo referente espacial, como nuevo argumento de construcción urbana y, también, como contribución de Sevilla a la configuración del hecho metropolitano, en este caso orientada a consolidar el territorio de contacto en el sur y en el este. El discurso y las propuestas del Plan han pretendido tener en este caso una clara dimensión reparadora, en una doble dirección: en primer lugar, de refuerzo de la identidad territorial de los diferentes asentamientos urbanos implicados; y en segundo lugar, corrigiendo el carácter de un territorio en el que se materializan los índices de marginalidad, desigualdad y desgobierno urbano más acusados de la ciudad (Polígono Sur).

Manuel González Fustegueras es director del Plan General de Sevilla.

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