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El transporte, el sector más reacio al recorte de emisiones

Aunque no hay ningún sector fácil de tratar a la hora de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, el transporte está resultando especialmente recalcitrante. Las emisiones del transporte aéreo internacional aumentaron un 52% entre 1990 y 2004, situándose en un total de 220 millones de toneladas de CO

2 para ese último año. Conviene recordar que el transporte aéreo internacional, así como el marítimo (que ha aumentado un 3,4% en el mismo período de tiempo), está fuera de la contabilidad de reducción de emisiones del Protocolo de Kioto.

En las cumbres del clima se discute desde hace más de una década sobre esta anomalía del transporte aéreo y marítimo, sin encontrar una solución, un acuerdo al respecto, y Nairobi no es una excepción. La resistencia de los organismos internacionales de aviación civil y de transporte marítimo, así como la complicación de asignar las emisiones producidas por aviones y barcos a un país o a otro, es decir, el de origen o el de destino del viaje, han impedido hasta ahora una salida del atolladero.

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En general, el transporte, tanto nacional o internacional, de pasajeros y de mercancías, sigue aumentado año tras año. En 2004, el número de pasajeros aéreos en todo el mundo fue de 3.900 millones de personas. Las previsiones indican que serán 4.900 millones en 2010 y 7.400 millones en 2020, según los datos que proporcionan los científicos Kirstin Dow y Thomas E. Downing en su reciente Atlas del Cambio Climático.

Aumento en España

En España, las emisiones del transporte preocupan especialmente a los responsables políticos. En el primer semestre de este año, se ha registrado un descenso de un 1% de las emisiones españolas, pero las correspondientes al transporte aumentaron un 3%, informa Arturo Gonzalo Aizpiri, secretario general del Ministerio de Medio Ambiente.

A escala global, el transporte ha emitido en 2004 un 23,9% más que en 1990. Las emisiones estadounidenses del sector suman el 35% del total mundial, indican Dow y Downing. "Desde 1950, muchos países se han volcado en el transporte por carretera, que, en general, es menos eficiente que el tren o el barco", dicen estos dos científicos. "En EE UU, el 92% de los hogares tiene al menos un coche y las millas recorridas han aumentado un 3,6% cada año entre 1984 y 2001, convirtiendo el sector en el segundo mayor contribuyente a las emisiones de ese país. Las fuertes inversiones en infraestructuras para el transporte por carretera dificultan el cambio de esta situación, y sobre este tema están ahora tomando decisiones muchos países en rápido desarrollo".

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