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Reportaje:Fútbol | Novena jornada de Liga

Ronaldo piensa en dejar el Madrid

El jugador cree que, si no se gana la confianza de Capello, el club debería permitirle marchar

Diego Torres

Fabio Capello y Ronaldo Nazario han hecho casi todos los movimientos posibles antes de entablar el conflicto. De momento, sus intereses parecen demasiado divergentes como para prolongar las evasivas por mucho tiempo. El técnico del Madrid quiere que Ronaldo esté flaco, rápido y resistente antes de darle la titularidad. Ronaldo cree que su estado físico no mejorará hasta que no disponga de partidos. Para Capello, ser titular es un fin. Para Ronaldo, un medio. Ronaldo se siente despreciado y empieza a proclamar públicamente sus primeras quejas. En el vestuario ha dicho que no comprende por qué el club no le vendió en el verano. El brasileño está dispuesto a luchar por jugar pero si no lo logra -cosa que sospecha- quiere que el Madrid le deje marchar. En este punto, el futbolista coincide con un sector de la dirección del club que se mostró favorable a su venta en el verano, y que hoy insiste en desprenderse de él en el próximo mercado, en enero.

Ayer llegó una hora tarde al entrenamiento y se ejercitó en solitario por "asuntos personales"
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Ayer Ronaldo no se presentó al entrenamiento a la hora que lo hicieron el resto de sus compañeros. La práctica estaba prevista para las 11.00 y el brasileño llegó a las 12.10. Los portavoces del Madrid en el recinto de Valdebebas llamaron al club para preguntar lo que ocurría y luego salieron a escena diciendo que el jugador "tenía permiso" para no entrenar con el resto de los compañeros debido a unos "asuntos personales".

La demora de Ronaldo coincidió con la publicación en el diario Abc de una entrevista en la que declaró que la suplencia le obligaba a entrenarse más y el ejercicio sin competencia, dijo, "jode mucho". Ronaldo opinó que "suplencia" y "banquillo" son "la misma mierda".

A las 13.20, una hora y diez minutos después de haber entrado, Ronaldo abandonó el vestuario en compañía de su chófer, en dirección al coche. Cuando le preguntaron si tenía permiso del club para llegar una hora tarde no respondió. Pasó de largo con una leve sonrisa en los labios. Luego, su agente de prensa explicó que "desde hacía días" el club sabía que Ronaldo tenía que atender un asunto para el que había solicitado permiso.

Capello se retiró tras Ronaldo. Se mostró sonriente. Como si las polémicas no le afectasen y quisiera dar una imagen de seguridad y confianza total. "Ronaldo", explicó, "ha tenido que resolver un asunto pendiente en los tribunales de justicia". El técnico no especificó si le había dado permiso o no para esto, o si sabía de antemano que Ronaldo tenía este problema. En el club, los portavoces oficiales aseguraron a lo largo de la tarde que Ronaldo había pedido autorización hacía tiempo para acudir a un juzgado donde debía dirimir un pleito con una revista del corazón.

La ausencia de Ronaldo en la práctica que celebró ayer el grupo reduce sus posibilidades de contar con minutos frente al Celta, el próximo domingo en el Bernabéu. Si hace un mes Ronaldo luchaba por ser titular, hoy lucha por ser suplente. En la última jornada de Liga de Campeones, contra el Steaua, Capello aseguró que pensó seriamente en no sentarlo ni en el banquillo debido a unos problemas de cuello a los que el futbolista se encargó de restar la más mínima importancia.

Ronaldo y Capello llevan tiempo evitando un conflicto que poco a poco los va superando. El entrenador, como los responsables técnicos del club, con Mijatovic a la cabeza, considera que Ronaldo no se entrena bien y por lo tanto no debe jugar. Esta postura no es compartida de forma unánime. En el club, quienes más conocen a Ronaldo creen que nunca podrá alcanzar su plena forma sin jugar, y cuanto más, mejor. Ronaldo, dicen, debe competir siempre porque los entrenamientos no le motivan. "Ronaldo se entrena jugando partidos", sentencian. Pero Capello menea la cabeza.Piensa al revés.

Las diferencias entre Capello y Ronaldo van más allá del campo de prácticas. En la cancha los separan puntos de vista que para el técnico son esenciales. Ronaldo no se muestra dispuesto a perder su sprint en labores de recuperación de balón. No quiere defender o, lo que es lo mismo, no quiere jugar sin balón como manda el canon de Capello. "Ronaldo", dicen fuentes del vestuario, "sabe que no puede y no debe hacer todo lo que le exige Capello".

Ronaldo sabe que para ser un goleador eficaz debe ignorar algunas órdenes. También sabe que por este camino puede perder la guerra. Y así vive, intentando convencer a un entrenador del que no percibe ningún cariño, ningún gesto de complicidad que lo anime a dar lo mejor de sí mismo.

Dicen quienes le ven a diario que Ronaldo no piensa prolongar esta situación mucho tiempo. Que si no juega lo mejor es pensar como Orwell, que dijo que "la forma más rápida de terminar una guerra es perdiéndola".

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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