Alonso anima a los militares a llevar esperanza a Líbano

"Vais a una zona compleja y complicada, donde sus ciudadanos han sufrido mucho. Pero los españoles tenemos la responsabilidad de no mirar a otro lado". Con estas palabras, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, animó a los militares que partieron ayer de la base de Rota (Cádiz) para formar parte de la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano (FINUL). "Es una operación bajo la legalidad internacional", recordó el ministro, y añadió que la misión contribuirá a llevar "ilusión y esperanza a una zona castigada".

Los buques Galicia y Pizarro, que transportan a los 490 infantes de marina y 76 soldados del Ejército de Tierra, zarparon a las seis de la tarde, tras un acto de despedida que duró apenas 45 minutos. La fragata Juan de Borbón ejercerá de escolta y el buque Patiño transportará las provisiones y aportará el apoyo logístico.

En la despedida, Alonso alabó "el coraje" y "valentía" de las tropas españolas; les agradeció la "rapidez" con la que han preparado la misión y su "disposición" y "seriedad" para encarar esta tarea. "La profesión de militar conlleva un trabajo de riesgo y los soldados y sus familias lo asumen con honor y disciplina".

Alonso reconoció la dificultad de esta operación pero, al mismo tiempo, recordó que "por primera vez" se cuenta con el apoyo unánime del Parlamento, de los españoles y de Naciones Unidas. "La misión conlleva riesgos, pero hay instrucciones para ir a una zona de operaciones con las mejores condiciones para hacer frente a la situación del país", dijo. Repasó los objetivos marcados. "Vais a contribuir a una importante tarea, como es la de llevar esperanza a un territorio devastado". El ministro relató que los ciudadanos del Líbano "han sufrido mucho debido a la intransigencia" y animó a las tropas españolas a trabajar "para expandir la legítima autoridad" de este país y "consolidar la situación de paz".

Los barcos se marcharon ayer y, según fuentes de Defensa, llegarán con casi toda probabilidad a la zona de destino el próximo jueves. Se establecerán, según lo previsto, entre la frontera de Irreal y el río Litani, una zona situada a unos 100 kilómetros de la costa. Allí permanecerán hasta que una unidad de la legión los releve, aunque su regreso no está previsto hasta el 1 de noviembre.

Para Yamila Recamares, el viaje no ha podido ser más inoportuno. Su novio, Emilio, marinero en la base de Rota, fue llamado hace tres días a sumarse a la misión a pesar de que ya tenían fijada la fecha de boda para octubre y ella dará a luz en apenas dos semanas. "Se va a perder el nacimiento de mi primera hija", se quejó enfadada. Cuando el buque Galicia zarpó con Emilio a bordo, el enfado se tornó en tristeza. "Me da mucha pena que se vaya", reconoció entre lágrimas.

En el contingente español viajan 30 mujeres. Entre ellas, Lourdes García. Su hermana Cristina relató en el muelle antes de la despedida que Lourdes siempre había soñado con ese momento. "Está muy contenta porque es su primera misión de paz. También las amigas que van con ella", relató, aunque reconoció que la infante de marina, al igual que su familia, tiene cierto miedo. "Es lógico preocuparse porque va a estar dos meses en una zona de conflicto", explicó.

Los sones de la banda de música avivaron los momentos de emoción, sobre todo cuando los militares cantaron a viva voz el himno de la Infantería de Marina. "La milicia es una religión de hombres honrados. Van ustedes a contribuir a dar ilusión y esperanza a una zona castigada", les había dicho minutos antes el ministro.