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Entrevista:TRINIDAD JIMÉNEZ | Secretaria de Estado para Iberoamérica | Cambios en el Gobierno

"Claro que me da pena no haber ganado la alcaldía de Madrid"

Juan Cruz

Pena e ilusión. En un instante Trinidad Jiménez (44 años) dejó de ser candidata a alcaldesa de Madrid y se convirtió en secretaria de Estado para Iberoamérica. Al evocar lo primero se emocionó, al borde de las lágrimas, en esta conversación que tuvimos ayer. Ya no tenía ningún papel sobre la mesa. Después de la decisión del Consejo la primera llamada que recibió fue la de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.

Pregunta. ¿Cuándo lo supo?

Respuesta. Me reuní con Zapatero el lunes, y me lo dijo. No sabía que se fuera a crear la Secretaría, y menos que me la fuera a proponer el presidente.

P. Le sorprendió, pues.

R. No me sorprendió que el Gobierno fuera a crear este puesto, pues América Latina es parte de nuestra esencia.

"[Gallardón] Pensó que era mejor hacer obra y más obras; pero no ha hecho nada por las personas mayores, por las familias, por la cultura"
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"Que me elija Zapatero para estar en su Gobierno es siempre un premio. Pero yo ya me siento privilegiada en mi vida. Él no me debe nada"
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P. ¿No le sorprendió que fuera usted la elegida?

R. En ese momento estaba dudando que él quisiera que yo optara a la alcaldía de Madrid.

P. ¿Por qué esa duda?

R. Porque si no me había llamado en julio para confirmarme sería porque le estaba dando una vuelta.

P. ¿Eso le provocaba frustración?

R. Provocaba más ruido en el exterior que en mí misma. Yo seguía siendo responsable de política internacional, y si él me decía que siguiera siendo la candidata hubiera estado encantada.

P. ¿Y no es una frustración?

R. Claro que me da pena no haber ganado la alcaldía de Madrid; pero no es una frustración, es la sensación de no haber conseguido aquello que me encomendaron. Aquí tengo un punto de orgullo. Además, me hubiera encantado ser alcaldesa.

P. ¿Es legítimo leer esto como un fracaso?

R. Ni decepción, ni amargura, ni sentimiento de fracaso. Decepción. Quise aceptar la derrota de 2003 con la mayor dignidad posible; me costó trabajo, pero hay algo que aprendí en democracia: aceptar la derrota. La derrota nunca hizo que mi ánimo decayera.

P. ¿Qué enseña la derrota?

R. Lo primero, humildad; además, te enseña que los ciudadanos siempre tienen razón. Si quieres ganar, tienes que hacerlo mejor.

P. ¿Es imbatible Gallardón?

R. No. Estamos preparados para la alternativa, ahora somos el partido del Gobierno de la nación, y Alberto Ruiz-Gallardón ha sufrido un gran desgaste.

P. ¿A punto de caramelo?

R. Yo creo que sí. ¡Y por eso me he quedado con ganas! Si el que sea candidato de mi partido me lo pide, quiero estar hasta de telonera.

P. ¿Cuál es el más descabellado de los que se citan?

R. Ninguno. Son políticos de gran proyección.

P. Ha comido con Felipe González; está en los rumores...

R. Y él se sonríe... Nunca ha pensado en volver a la política activa.

P. ¿Le ha felicitado Javier Solana?

R. No, no he tenido ocasión de hablar con él. ¡Pero es que no he hablado con tanta gente! ¡Me ha llamado el secretario de Estado para Iberoamérica de Italia! Y Víctor García de la Concha, y Serrat. Esas llamadas me han hecho mucha ilusión.

P. Lo que es obvio ahora es que si pierde Gallardón usted no será quien gane...

R. Y mientras usted me dice eso me entra un hormigueo en el estómago; me alegraré muchísimo por mi partido de que gane quien sea nuestro candidato.

P. ¿Cómo ve a Gallardón?

R. He tenido una relación de respeto en las formas, pero hemos sido totalmente contrarios. No puedo decir que haya aprendido nada de él.

P. ¿Lo peor que ha hecho?

R. No ha resuelto los problemas reales de la gente. Pensó que era mejor hacer obras y más obras; pero no ha hecho nada por las personas mayores, por las familias, por la cultura.

P. ¿Cómo le felicitó?

R. Me llamó: "Buenos días, secretaria". Muy amable.

P. ¿Lloró cuando se lo dijo Zapatero?

R. No, no podía comunicarlo. Cuando se supo se armó un revuelo; fue entonces cuando supe el reto que asumía. Y agradecí la confianza del presidente y la generosidad de Moratinos.

P. ¿Es un premio o un sacrificio?

R. Que me elija Zapatero para estar en su Gobierno es siempre un premio. Pero yo no necesito un premio en política; yo ya me siento privilegiada en mi vida. Él no me debe nada.

P. Usted le ayudó mucho en su campaña para secretario...

R. Nunca pensé que trabajara en eso para que algún día me lo recompensara. Quien actúa así en política comete un grave error.

P. ¿Qué es lo que más le sorprendió de lo que ha hecho?

R. Nada. Lo sorprendente es que cumple con su palabra.

P. ¿Qué le pareció la retirada de las tropas de Irak?

R. Antes de su toma de posesión nos pidió a algunos que hiciéramos gestiones con nuestros aliados para que comunicáramos que esa decisión iba a tomarse; estaba en el programa electoral. Todos nos respondieron con un respeto absoluto. Era una decisión soberana.

P. La agenda que se le viene encima está llena de nombres propios. Y de intereses españoles. Repsol, Endesa.

R. Vamos a defender los intereses españoles, y quiero reunirme con todos aquellos que están implicados en lo mismo.

P. Y se enfrenta usted a una nueva América Latina, donde apenas queda un dictador...

R. Conozco bien América Latina, en gran parte gracias a sus escritores, a su cultura. Y en política España será escrupulosa en el respeto con los países soberanos y democráticos. Siempre.

P. Evo Morales.

R. Lo veo como el presidente de Bolivia. Elegido por los bolivianos, tiene el máximo respeto de nuestro Gobierno. Podremos tener opiniones diferentes sobre un asunto, pero siempre tratamos de mantener una relación fluida.

P. Dirá lo mismo de Chávez.

R. Exactamente. Respeto y diálogo.

P. Y un nombre propio especial: Fidel Castro, cuyas circunstancias convocan preocupación por la transición cubana.

R. Sólo el pueblo cubano puede tener las riendas de su futuro. Cualquier injerencia externa será errónea.

P. Usted ha tenido mucho contacto con el exilio. ¿Cuál será la actitud de este sector?

R. Lo que he percibido del exilio es que son los cubanos los que han de decidir sobre su futuro.

P. Usted sufrió, en 2003, un acoso por las ropas que llevaba en campaña. ¿Superó la congoja que le produjo aquella situación? ¿Le ha afectado a su carrera el hecho de ser mujer?

R. Al final la gente supo que Trinidad vestía lo que quería, y que era una mujer independiente. Y en cuanto a lo de ser mujer: a lo mejor me ha dificultado a la hora de asumir una determinada competencia, pero también me ha ayudado. Al ser pocas las mujeres, tenemos más relevancia, y una especial proyección.

P. ¿Qué va a poner en su despacho?

R. Aún no existe el despacho. Me llevaré un globo terráqueo, de escayola antigua; pesa mucho. Y una piedra que me regaló Felipe. Siempre viajo con la mochila vacía. Ah, y esa foto en la que Zapatero me escribe, tras las elecciones de 2004: "Y lo mejor está por venir". Lo suele decir.

Trinidad Jiménez, en su despacho del Ayuntamiento de Madrid.
Trinidad Jiménez, en su despacho del Ayuntamiento de Madrid.ULY MARTÍN

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