Los ciudadanos podrán dar su opinión sobre la reforma de las Glòries en una audiencia pública

El derribo del anillo viario de la plaza de las Glòries y la configuración futura de la plaza será discutido en audiencia pública en el consistorio de Barcelona, un instrumento de participación ciudadana que, hasta ahora, se solía utilizar en contadas ocasiones. Se hizo, por ejemplo, con la ordenanza de civismo y convivencia, y a partir de ahora se convocará en los proyectos que se consideren que tienen impacto ciudadano. Así, Glòries se discutirá y lo mismo ocurrirá con la urbanización de Can Batlló. De momento, algunas alegaciones piden más concreción y calendario.

Lo que todavía no se ha decidido es cuándo se celebrará la audiencia pública. "El plazo de presentación de alegaciones acaba de concluir y en ocasiones algunas llegan transcurridos unos días", explica Ramón Massaguer, gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona. Al término de los dos meses de exposición pública se han presentado siete alegaciones por parte de colectivos, instituciones -Renfe entre ellas- y partidos, que ahora deberán ser estudiadas para ser incorporadas, refundidas o descartadas. Después se convocaría la audiencia pública.

El proyecto, en síntesis, supone el derribo del tambor viario, la ampliación de la plaza por el lado montaña dándole una forma cuadrada, levantar pisos viviendas en la parte que actualmente ocupa el mercado de los Encants y que éste se sitúe -con otra configuración, seguramente en edificación vertical- en el sector actual del Bosquet dels Encants y concentrar la zona verde en el espacio central de la futura plaza. Este proyecto tiene un impacto en la movilidad de la zona y en la promoción del transporte público puesto que plantea la construcción en el subsuelo de un intercambiador de metro, Renfe y Ferrocarrils de la Generalitat, además del tranvía en superficie. También supone una nueva ordenación viaria de la zona, en la que destaca el soterramiento de la salida y entrada de coches por la Gran Via. Es decir, una obra de envergadura.

De entrada, además, compleja de impulsar puesto que no depende en exclusiva del Ayuntamiento de Barcelona, ya que las decisiones de construir el intercambiador, de que las líneas de Renfe y las de los Ferrocarrils pasen por Glòries corresponden a la Administración central, por un lado, y a la Generalitat, por otro. Esa circunstancia es destacada, por ejemplo, en las alegaciones que ha presentado el grupo municipal de Convergència i Unió que, además, sostiene que una reforma como la impulsada podría "hipotecar" una posible conexión de los tranvías del Llobregat y el Besòs. Sostiene esa formación que la imposibilidad de concretar la construcción del intercambiador puede comprometer el derribo del tambor. "Nos tememos lo que puede pasar. Que dentro de un año el alcalde se haga una foto al pie del tambor ya sin las paredes, y nada más", resume el concejal de CiU Eduard García.

Dificultad de calendario

Con foto o sin ella, esa imagen del tambor sin paredes puede ser real en 2007 porque el aparcamiento que hay en el interior del anillo será sustituido por otro ya en construcción, justo delante del centro Glòries. Fuentes de Urbanismo señalaron que ya se han licitado las obras de demolición de las paredes del tambor. Las mismas fuentes reconocen que será difícil poder establecer un calendario concreto de ejecución de todas las obras. Las alegaciones de CiU y las presentadas conjuntamente por las asociaciones de vecinos de los barrios de Sagrada Familia, Fort Pienc, Poblenou y Camp del Arpa -los barrios del Eixample y Sant Martí afectados por el proyecto- tienen en común que exigen un importante incremento de las viviendas públicas, en especial las de régimen de alquiler. Las asociaciones plantean que se rebaje las alturas de algunos edificios con frente a la Diagonal y piden una solución clara para la reubicación del mercado de los Encants y la concreción de los equipamientos de la zona.