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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Emilio Burgos, sindicalista

Fue interventor general de la Mutua de Accidentes de Zaragoza

En Zaragoza estaba a punto de inaugurarse una exposición sobre Ramón Rubial y sus 100 años de compromiso. La víspera, el 3 de julio, Emilio Burgos dijo adiós. De lo contrario, habría estado allí viendo las fotos de quien fue presidente del PSOE, el partido en el que militó.

Burgos, como le llamaban sus amigos y compañeros de militancia, se marchó probablemente con un cigarro en la comisura de los labios, y un tinto en la mano. Pequeño, enjuto, su físico recordaba a un duende y sus ojos tenían sonrisas que asomaban tímidas en su cara. Qué raro es que quien fue durante años responsable de las finanzas de los socialistas zaragozanos tuviese fama de intachable. Incluso en los tiempos de hierro.

Emilio Burgos del Castillo nació en Oviedo en 1936, pero llegó a los siete años a Zaragoza, desde entonces su vida, su carrera profesional y su actividad política han estado íntimamente ligadas a la ciudad. Interventor general de la Mutua de Accidentes de Zaragoza, hasta su jubilación hace cinco años, Emilio era profesor mercantil, había sido maestro en el pueblo zaragozano de Leciñena, pero sobre todo fue un militante del PSOE y sindicalista de UGT. Ingresó en el partido y el sindicato en el año 77. En 1983 fue elegido secretario de Administración Provincial de Zaragoza, y en 1989, de Aragón.

Administrador de casi todas las campañas electorales que el PSOE ha realizado en Zaragoza, Emilio Burgos fue miembro del Comité Regional del PSOE desde su constitución y ha sido delegado por Zaragoza en varios congresos federales. Era un hombre comprometido con el partido, solidario, su honestidad era probada y pese a su sólida formación jamás quiso desempeñar ningún cargo público.

Burgos era un socialista histórico. De los que trabajan en silencio, pero su trabajo era imprescindible. Lo mejor de él se queda en la ciudad, sus hijos David y Emilio, comprometidos como su padre. Luchadores desde muy jóvenes por causas de esas que ya no mueven a muchos. Claro que ellos han tenido la suerte de aprender con un excelente maestro.

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