Alex Toth, dibujante de cómics y de películas de animación

Extravagante, complicado, irascible pero genial. Esa es la imagen que se desprende de los muchos comentarios que ha suscitado la muerte de Alex Toth, un idiosincrásico dibujante de cómics y de películas de animación para televisión, que falleció el pasado 27 de mayo en Burbank, (California). Tenía 77 años y la muerte, provocada por un ataque al corazón, le encontró sentado en su mesa de dibujo, donde había pasado los mejores momentos de su vida. "Durante 50 años hizo lo que más le gustaba: fumar, tumbarse en el sillón y dibujar" declaró su hija Dana Palmer en el diario ...

Extravagante, complicado, irascible pero genial. Esa es la imagen que se desprende de los muchos comentarios que ha suscitado la muerte de Alex Toth, un idiosincrásico dibujante de cómics y de películas de animación para televisión, que falleció el pasado 27 de mayo en Burbank, (California). Tenía 77 años y la muerte, provocada por un ataque al corazón, le encontró sentado en su mesa de dibujo, donde había pasado los mejores momentos de su vida. "Durante 50 años hizo lo que más le gustaba: fumar, tumbarse en el sillón y dibujar" declaró su hija Dana Palmer en el diario Los Angeles Times. "Pero el último año lo dedicó a hacer las paces con todas las personas con las que necesitaba hacer las paces" declaró Palmer.

El nombre de Toth nunca estuvo asociado a un personaje concreto, como suele ocurrir con la mayoría de los dibujantes de cómic. En su caso, fue precisamente su capacidad para saltar de uno a otro y su continua búsqueda de estilos la que le convirtió en una persona célebre dentro del medio. "Fue uno de los mejores dibujantes de la historia" declaró Gary Groth, el director de The Comics Journal. "Era un artista de artistas, por su talento con las formas". Aunque nunca tuvo hordas de fans entre los lectores "todos los dibujantes interesados de verdad en este arte aprendieron algo de él" señaló Groth en The New York Times.

Nacido en Manhattan en 1928, Toth creció en un ambiente bohemio, a la sombra de un padre pintor. Tras graduarse en un instituto de artes, comenzó a trabajar junto a Milton Caniff, el creador de Terry and the pirates.

En 1947 entró en la escudería de DC Comics con el encargo de dibujar a Green Lantern y Dr Mid-night. Su trabajo en la editorial se prolongó durante dos décadas. Sin embargo, a medida que la violencia explícita se apoderaba del género, Toth comenzó a enemistarse con guionistas y editores, con quienes no compartía esa visión del cómic.

En los sesenta encontró una vía de escape a través de los dibujos animados para televisión. Las series de Hanna-Barbera fueron durante años su principal fuente de ingresos y una plataforma para experimentar con los estilos. Superfriends, Space Ghost y Herculoids fueron algunos de los títulos en los que trabajó. Hoy sus dibujos para televisión son objeto de culto para coleccionistas. "Su trabajo como animador tocó a mucha gente. Encontró la manera de sacar personajes de complicada creación de los cómics y simplificarlos para animarlos sin que se perdiera su poder y su majestuosidad" declaró tras su muerte al diario Los Angeles Times Paul Levitz, presidente de DC Comics.

Sin embargo Toth también había realizado el viaje contrario. A finales de los cincuenta, tras mudarse de Nueva York a California, trabajó para Dell Comics adaptando personajes de la televisión y el cine al mundo del tebeo, ganando particular notoriedad con su cómic El Zorro.

En los ochenta se convirtió en un habitual de las convenciones de cómic, donde siempre encontraba la manera de escandalizar a sus colegas ya fuera por sus visiones políticas -era un hombre tremendamente conservador- como por su visión del medio. "Me ha pasado la mitad de mi carrera tratando de comprender qué tengo que incluir en mi trabajo y la otra mitad tratando de entender de qué tengo que prescindir" declaró en una entrevista en los setenta.