Cicatrices vivas de las heridas de la guerra

Andrea tenía seis años cuando mataron a su padre en la guerra de los Balcanes. La periodista free-lance Sandra Balsells la fotografió junto a su madre y un tío en el funeral. Ahora tiene 20 años y no quiere saber nada de su pasado ni de la guerra. Andrea es una de las seis víctimas que Balsells comenzó a buscar para un reportaje sobre las cicatrices que ese conflicto dejó en la población, y que ha sido galardonado en la categoría de mejor labor informativa.

Para el viaje de vuelta, 14 años después, la periodista, nacida en Barcelona en 1966,

sólo tenía un puñado de fotografías, que fue mostrando, barrio por barrio y casa por casa, por distintas poblaciones de Croacia, Bosnia, Serbia y Kosovo, en busca de sus protagonistas. No sólo se reencontró con Andrea y su madre. También consiguió fotografiar y entrevistar de nuevo a un militar serbio mutilado que, después de perder su casa, vive ahora en un apartamento de Belgrado. Otra de las pistas le llevó a una tumba de un hombre que murió alcoholizado tras vivir en un campo de refugiados. "Éste es un ejemplo más de los daños colaterales de las guerras", aseguró ayer Balsells.

"Mi objetivo primordial fue rescatar del olvido a algunas víctimas de la guerra de los Balcanes, y con este premio ese objetivo lo doy por cumplido", afirmó la periodista. El reencuentro con aquellas víctimas lo recuerda Balsells con verdadera emoción. "Fue increíble, extraordinario, algunos no se acordaban de mí. Las fotos de hace 14 años las tomé en momentos muy dramáticos. Para algunos, el echar la vista atrás les provocó una reacción muy dolorosa. Mi presencia les hacía evocar a algunos la tragedia que habían vivido y otros se mostraban contentos al comprobar que todavía hay gente que se acuerda de ellos".

Antes de que el reportaje galardonado -que incluye las imágenes tomadas hace 14 años y las actuales- se publicara en el Magazine del diario La Vanguardia el 30 de octubre de 2005, Balsells había realizado un documental para la televisión, que ha sido emitido ya en dos ocasiones en TV-3 y visitado numerosos festivales. "La película es una especie de road movie en la que yo soy el hilo conductor. Todo lo contrario al reportaje de La Vanguardia, donde he podido realizar el texto y las fotografías. Utilizar ambas herramientas es una gran ventaja".