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La dirección de Esquerra intenta salvar la crisis cerrando filas en torno al 'no'

ERC planea una campaña de perfil bajo en el referéndum para no incomodar a sus socios

La dirección de Esquerra Republicana (ERC) tratará hoy de salir lo más airosa posible de la crisis en la que le han sumido las bases al echar por tierra su estrategia de cara al referéndum del Estatuto catalán. La ejecutiva de hoy aprobará una resolución pidiendo el no en el referéndum. Lo hará previsiblemente por unanimidad como muestra de su cohesión interna, para acallar la crisis y satisfacer así a una militancia disconforme con el voto nulo que, en principio, propugnaba la dirección. Consciente de que esta decisión tensará aún más las relaciones en el tripartito, ERC planea una campaña de perfil bajo.

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A primera hora de la tarde de ayer, cuatro de los diputados republicanos miembros de la parte catalana de la Comisión del Senado que debate el Estatuto se marcharon precipitadamente hacia Barcelona para preparar la complicada reunión de la ejecutiva del partido que se celebrará en la mañana de hoy.

Aunque los votos de estos diputados eran imprescindibles para la simbólica votación sobre el control de la Generalitat sobre el aeropuerto de El Prat, la dirección de Esquerra ordenó a estos representantes su inmediato regreso a Barcelona. "Cerrar la crisis es prioritario", afirmó un miembro de la ejecutiva para justificar tan precipitado regreso.

Y es que la dirección de Esquerra afronta con una división más que patente la reunión de esta mañana. Aunque todos los miembros de la ejecutiva, excepto los dos representantes de la rama juvenil del partido, acordaron la semana pasada dar prioridad a la campaña por el voto nulo por encima del no, la rebelión de las bases del partido ha hecho que muchos defiendan ahora sin complejos el rechazo al texto. "En la anterior ejecutiva todos tuvimos que ceder, porque preferíamos el revolcón de las bases a una división interna", explicó ayer un alto dirigente de la formación republicana.

Sin embargo, un reducido pero muy calificado grupo de dirigentes, el liderado por Josep Lluís Carod Rovira, mantienen que el voto nulo puede representar, también, a aquellos que rechazan el texto. Esta opción es, además, la que menos incomodaría a los socios de Esquerra en vistas a la continuidad del Gobierno tripartito.

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Ante las críticas que ha recibido este grupo de dirigentes, al que los militantes acusan de someterse a los intereses de los socialistas y conocido en el partido con el sobrenombre de sector institucional por el elevado número de cargos públicos que acumula, la unidad acabará por imponerse. Fuentes de la ejecutiva aseguraron ayer que en la reunión de hoy primará la búsqueda de una resolución unitaria para que mañana pueda ser refrendada por los representantes de las bases en el Consejo Nacional del partido. No caben las disensiones en un partido ya de por sí dividido entre familias y con una dirección que cada día se aleja más del sentir de unas bases cada vez más radicalizadas.

La solución de la ejecutiva pasará, según señalaron a este periódico un significativo número de sus miembros, por pedir claramente el voto en contra del Estatuto en el referéndum del 18 de junio y, por tanto, hacer campaña en este sentido. No obstante, se dejará la puerta abierta a aquellos militantes que quieren expresar su rechazo a la reforma mediante un voto nulo o en blanco. "Se puede deslegitimar este Estatuto de muchas maneras y el electorado no entendería un viraje de 180 grados. Las encuestas muestran que una parte significativa de nuestra militancia está también por el y otros miembros de la ejecutiva abogan por el voto nulo", señaló otro dirigente. Una reflexión que da fe de la profunda división que el Estatuto provoca no sólo entre las bases republicanas sino también en la cúpula.

Con esta salomónica decisión, la dirección busca cubrirse las espaldas ante una militancia irritada por la indefinición de sus líderes y ante unos socios del tripartito que ven con preocupación cómo el segundo partido con más peso en el Gobierno hace campaña en contra del principal proyecto del Ejecutivo de Pasqual Maragall.

Pero la dirección de ERC está dispuesta a resistir el temporal. "El tripartito aguantará, es nuestra opción para Cataluña y la mantendremos". Aunque el orden de prioridades también está claro: "Prefiero quedarme sin Gobierno que sin partido", resumió un destacado miembro de la dirección.

Para evitar tener que escoger, y tal y como les ha solicitado el PSC, los republicanos planean una campaña por el no pero sin grandes estridencias. Eso sí, a cambio de preconizar el no con la boca pequeña, Esquerra exige respeto al PSC y a Iniciativa.

El presidente de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, ayer en el Senado.
El presidente de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, ayer en el Senado.EFE

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