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Pla responsabiliza a Camps de las víctimas de Massamagrell porque no tenían que estar allí

El presidente dice que el PSPV autorizó enfermos mentales en el centro de mayores en 1992

"Esas cinco personas murieron porque no tenían que estar ahí". Así de claro se lo dijo ayer el líder del PSPV, Joan Ignasi Pla, al jefe del Consell, Francisco Camps, interpelado en las Cortes por el incendio registrado en la residencia de mayores San Lorenzo de Brindis de Massamagrell. El pasado 28 de marzo cinco enfermos mentales fallecieron en este centro, que carecía de autorización para tratarlos. Camps dijo que Pla no le puede dar "ni una sola lección", le acusó de actuar de manera irresponsable y dijo que en 1992 el PSPV autorizó a esa residencia para acoger enfermos mentales.

Pla utilizó ayer un tono sereno y frío, dejando caer las palabras como una gota malaya con la que perforar la coraza de Camps. "Han pasado 37 días desde el suceso. Ha tardado 37 días en hacer un pronunciamiento público sobre ese suceso, lo que ha llevado a pensar a algunos que para usted lo sucedido en Massamagrell era una cosa menor", dijo Pla.

"Si asume la responsabilidad desde el ámbito de la política, no es sólo un accidente. Se derivan responsabilidades",prosiguió el dirigente socialista, "Si ustedes tuviesen plazas para los enfermos mentales eso no hubiese pasado. Esas personas mueren porque no tenían que estar allí". "Es un accidente, sí, pero esas personas no tenía que estar allí", remachó.

El portavoz socialista comparó además la reacción del Consell con la del Gobierno de Castilla-La Mancha tras la muerte de una brigada que sofocaba un incendio forestal el pasado verano. En el mismo plazo de poco más de un mes, argumentó Pla, compareció la consejera responsable del ramo en el Parlamento manchego, presentó su dimisión y se creó una comisión de investigación a instancias del PP, que allí está en la oposición. "La actitud de su Gobierno", le dijo Pla a Camps, "es que aquí no ha pasado nada; qué diferencia con lo sucedido en Castilla-La Mancha. Usted ni una referencia en sus comparecencias".

El presidente de la Generalitat realizó dos intervenciones. Una para responder a la escueta pregunta de Pla sobre si pensaba asumir alguna responsabilidad por el incendio de Massamagrell. La otra para replicar a la dura intervención del socialista. Fue como si el jefe del Consell mostrase el yin y el yang que adornan el cargo de presidente de la Generalitat.

En la primera intervención, Camps aseveró que asume "todas las responsabilidades de la gestión del Gobierno autonómico, de las grandes cosas a las que parecen pequeñas". Luego, el dirigente popular se puso como ejemplo para pedir a Pla que dejase de actuar de manera irresponsable en estos casos. Y para rematar manifestó que tanto él como su gobierno sufren mucho por lo sucedido en Massamagrell, "como políticos y como personas". Estas palabras pronunciadas en tono sereno y hasta conciliador debieron ser el yin, el reposo. Pero la descarnada comparecencia de Pla pidiendo responsabilidades políticas y considerando injustificable la actitud de Camps activaron el yang del presidente. Un movimiento, de carácter marcadamente ofensivo, destinado a descalificar al socialista y con él a sus argumentos.

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"Si releyese lo que ha dicho usted en estos 37 días, a usted mismo le daría verguenza", afirmó a bocajarro Camps, que añadió: "A diferencia de lo de Castilla-La Mancha, yo tuve información desde el primer momento porque la consejera de Bienestar, Alicia de Miguel, estaba allí". Afirmación que indignó al diputado socialista Joaquín González, que no pudo por menos de quejarse en voz alta desde su escaño por presentar como un mérito lo que era una simple obligación.

Pero Camps, siguió adelante con sus descalificaciones, con la mirada puesta en Pla. "De cuestiones de salud mental ustedes no pueden dar lecciones. Desde el 92 ustesdes autorizaron la presencia de enfermos de salud mental en esta residencia [de Massamagrell]", continuó Camps, que reprochó a Pla que no hiciese mención a la salud mental ni una sola vez en el debate de politica general celebrado en septiembre pasado y que atribuyó al PP el mérito que la ley de Depencia impulsada por el Gobierno socialista haga referencia a la salud mental. "Ni una sola lección me puede dar. Desde la ignorancia se es prepotente, que es lo que es usted. Y desde el trabajo y la humildad se está en la presidencia de la Generalitat", sentenció. El silencio cerró el debate. Luego Camps se afanó en apuntalar a su consejera de Bienestar Social con un posado fotográfico conjunto para la prensa antes de afrontar el resto del día.

El presidente y la alcaldesa

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, cerraron ayer una semana que ha estado marcada por las muestras de afecto mutuo. Barberá ejerció el pasado martes de anfitriona -en uno de los edificios más nobles de la ciudad: la Lonja de Valencia- durante la imposición de la medalla del Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana a Camps. Ayer, el presidente correspondió a la alcaldesa durante la entrega de los V Premios Justicia de la Generalitat. Unos galardones concedidos al Punto de Encuentro Familiar de Valencia, a los magistrados valencianos del Tribunal Supremo, a las escuelas de prácticas jurídicas de la Comunidad Valenciana y a la Casa cuna Santa Isabel de Valencia. En nombre de los premiados pronunció unas palabras Rita Barberá, que desgranó un discurso en defensa de la casa cuna y de su directora tras la polémica decisión de instaurar un portal para recoger niños abandonados.

Entre galardón y galardón, el presidente y la alcaldesa compartieron el miércoles el acto de presentación de la centro Unesco de Valencia, presidido por la infanta Cristina.

Unos encuentros diarios que han permitido a Camps capear con mayor serenidad el enfrentamiento del presidente del Consejo de Cámaras de Comercio, Arturo Virosque, con el Consell; la tensión generada por la irrupción de Eduardo Zaplana en el plan de viabilidad de Terra Mítica; y una de las preguntas más incomodas -la de ayer sobre Massamagrell- que ha tenido que soportar en los últimos meses en la sesión de control de las Cortes.

Todo ello sin contar los sobresaltos provocados por las novedades judiciales relacionadas con los supuestos casos de corrupción que afectan a altos cargos del PP en las provincias de Alicante y Castellón. Así las cosas, seguramente, lo mejor ha sido quedarse en casa y sopesar cómo retomar la iniciativa política.

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