El virtuoso tranquilo
Frank Peter Zimmermann es un violinista de muchos quilates. Eso que se llama un virtuoso pero, además, un virtuoso tranquilo, que sabe qué es lo primero y que pone toda su enorme técnica al servicio de una expresión límpida y seria pero que sabe volar. No es inferior a casi nadie en lo suyo, pero quizá no se ha sabido vender por ese lado de la rutilancia y el oropel y por eso tarda en pensarse en él a la hora de citar a los mejores. Pero está entre ellos.
Sus lecturas de tres conciertos para violín y orquesta de Mozart -Primero, Cuarto y Quinto- fueron de todo punto ejemplares. Le acompañó estupendamente Josep Pons, con una ONE reducida en sus dimensiones y en la que lucían muchas de sus caras nuevas en las cuerdas. El maestro catalán dirigió muy bien, muy pimpante y muy a gusto, dos preciosas páginas españolas: la oberturas de Hercule et Omphale de Fernando Sor y la de Una cosa rara de Vicente Martín y Soler, otro conmemorado este año.
Orquesta Nacional de España
Josep Pons, director. Frank Peter Zimmermann, violín. Obras de Mozart, Sor y Martín y Soler. Auditorio Nacional. Madrid, 2 de abril.
Mucho público nuevo en el Auditorio. Niños, padres y excursiones mezclados con la filarmonía dominical de toda la vida. ¿Sería el tirón del año Mozart?