El Consejo de Seguridad de la ONU, a la espera
Los miembros del Consejo de Seguridad se preparan para recibir el informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) sobre el programa nuclear de Irán. EE UU se dispone a presentar la semana que viene una primera propuesta de declaración, pidiendo a Teherán que ponga fin a las actividades de enriquecimiento de uranio, de acuerdo con las resoluciones del OIEA. Pero el debate se topa con algunas contradicciones.
La declaración sería el primer paso. En una fase ulterior, los 15 miembros del Consejo podrían considerar una resolución con sanciones, que primero serían diplomáticas y que podrían derivar en económicas. La opción militar es el último recurso. "Lo que hagamos dependerá de Irán", advierte el embajador de EE UU, John Bolton. El presidente del Consejo, el argentino César Mayoral, prevé que el expediente llegue a Nueva York de la mano de Mohamed el Baradei uno o dos días después de ser presentado en la capital austriaca.
Antes de mover ficha, las delegaciones están pendientes de cómo progresen las acciones diplomáticas de Rusia, por un lado, y de Alemania, Francia y Reino Unido, por otro.
El embajador británico, Emyr Jones Parry, explica que el objetivo ahora debe ser apoyar la gestión del OIEA, para evitar que Irán desarrolle el arma atómica de forma clandestina, y opina que el expediente debe resolverse en Viena. Washington busca una acción más decidida, y reitera que el caso iraní permitirá saber hasta qué punto la ONU es capaz de lidiar con esta amenaza. "El objetivo es parar su programa nuclear antes de que la acción militar sea necesaria", añadió. Pero Moscú y Pekín se niegan a que se sancione a Irán. En el pasado ya se vivió un choque parecido con la ambición nuclear de Corea del Norte. El Consejo empezó a tratar la cuestión en febrero de 2003 y se zanjó nueve meses después, con una declaración por la amenaza de Pekín de vetar cualquier resolución sancionadora.
