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Reportaje:Fútbol | La crisis del Real Madrid

Discordia entre directivos

Martín mantuvo una relación tensa con los vicepresidentes Abelló y Rivero

Fuera del Real Madrid, las relaciones del nuevo presidente del club con los vicepresidentes Luis del Rivero y Juan Abelló fueron cortas y terminaron en divorcio. Los tres fueron socios en Sacyr Vallehermoso, quinta constructora española, durante dos años y medio, y tuvieron más de una discrepancia sobre el reparto de poder y la gestión del grupo (incluso hubo amenazas de acudir a los tribunales). Finalmente, la alianza se rompió en junio de 2005 con la salida de Martín del capital de la constructora.

El empresario madrileño, uno de los grandes propietarios de suelo para vivienda de la capital a través de la firma Martinsa, irrumpió en la inmobiliaria Vallehermoso en diciembre de 2002, en vísperas de la fusión de esta compañía con Sacyr, que era su accionista de control y cuyo núcleo duro estaba formado, entre otros, por Luis del Rivero y Juan Abelló. Fue una operación sorpresa: Martín desembolsó casi 100 millones de euros por el 6,7%. Poco después, aumentó su paquete al 10%. La agresiva entrada de Martín en la recta final de la fusión de ambos gigantes del ladrillo rompió los esquemas de reparto de poder pactados por los principales accionistas de Sacyr.

Rivero, Abelló y Martín formaban ya parte de la junta directiva del Real Madrid. Si en el mundo del fútbol había sintonía entre ellos, al menos en apariencia, en la empresa Martín no siempre estuvo de acuerdo con sus socios. Tras la fusión con Sacyr, la participación de Martín quedó diluida en el 5,96% y se convirtió en el quinto máximo accionista de la sociedad, por detrás de Rivero (fundador y presidente de Sacyr) y Abelló (vicepresidente segundo del grupo).

El promotor quería un puesto en el consejo de administración. Sin embargo, el resto de accionistas de referencia consideraba que el propietario de una empresa de la competencia no podía estar en el centro de toma de decisiones de Sacyr. Martín quedó fuera del consejo, pero no se rindió.

Martín quería mandar (mucho o poco) y vigilar su inversión y no dudó en amenazar con emprender todo tipo de medidas legales para ejercer su supuesto derecho a entrar en el consejo. Tampoco se plegó a la principal petición que repetidamente le hicieron el resto de accionistas: fusionar Martinsa con Sacyr para evitar problemas entre rivales y así poder ser consejero. Al final, para evitar llegar a los tribunales la empresa cedió a las peticiones de Martín, que tomó posesión como consejero en junio de 2004.

Cuando todo indicaba que las aguas volvían a su cauce, el BBVA volvió a enfrentar a Martín con Abelló y Rivero. Hace ahora un año, la constructora anunciaba oficialmente que tiraba la toalla en su intento de controlar el BBVA, a través de una participación del 3%, después de casi tres meses de intenso pulso. Esta fallida operación supuso un fuerte desgaste en la opinión pública para Sacyr, aunque logró una plusvalía de 150 millones. En ambientes financieros se entendió que la operación era política por contar con el apoyo de una parte del Gobierno socialista.

Luis del Rivero fue uno de los promotores de este intento fallido, que siempre contó con la oposición de Martín. El presidente de Martinsa fue la única voz discordante en los consejos que se celebraron para analizar la operación. Su posición fue llamativa porque no es muy habitual discrepar en estos encuentros y esta operación fue recibida con entusiasmo. El intento de entrar en el BBVA también complicó la situación de otro hombre clave del Madrid, Abelló. Este ejecutivo tuvo que dimitir del consejo del Santander para demostrar que la entidad presidida por Emilio Botín no estaba detrás del intento de control del BBVA.

El ahora presidente del Madrid no comprendía entonces cómo se podía plantear esta operación sin una planificación previa adecuada. Es decir, Fernando Martín no veía futuro a un intento de toma hostil del segundo banco, con escasos apoyos en el Gobierno y ninguno dentro del banco. Además, no era partidario de plantear enfrentamientos con el segundo banco español. Por último, consideraba que la dirección de la empresa se distrajo del negocio principal, perdiendo oportunidades importantes en los tres meses de conflicto.

Las discrepancias acabaron en separación. Martín anunció en junio de 2005 la venta de su 5,96% en Sacyr, con una plusvalía de 130 millones. "Han sido años de fructífera colaboración y ahora era el momento de vender", dijo a este periódico en su día. "Las relaciones en los negocios son como un noviazgo: a veces acaban en matrimonio y otras en mejor romperlas". Las discrepancias en los negocios parece que han calado hondo en sus relaciones. La prueba es que ni Abelló ni Rivero estuvieron en la junta que eligió por unanimidad a Martín presidente del Madrid.

Luis del Rivero.
Luis del Rivero.

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