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Una trazada única

Juan Morenilla

Un grupo de curiosos y periodistas se congregó ayer en el puesto 15 de comisarios del circuito, la décima curva del recorrido, el lugar donde el martes acabó la primera prueba oficial de Rossi con Ferrari después de recorrer sólo 2.800 metros. Hasta los mecánicos de la escudería italiana habían previsto que il dottore tendría problemas en ese viraje de derecha, el más cerrado de todos. Y así fue. Rossi perdió el control del coche. Ayer le ocurrió de nuevo ante los 7.500 aficionados que acudieron al recinto. Se salió de la pista en el mismo punto, pero esta vez consiguió enderezar el F2004 con motor de 10 válvulas y seguir los entrenamientos.

Rossi ha encontrado su punto débil sobre un monoplaza en las curvas. Quizá porque realiza una trazada única, distinta a la del resto de pilotos, según advirtió un empleado del circuito.

El italiano frena más tarde, con lo que gana algo de tiempo en la entrada de la curva. Por el contrario, es más lento en la salida y en el conjunto del viraje. Y eso que conoce bien el circuito de Cheste, donde ha ganado tres veces, una en 500cc y dos en Moto GP. Sobre un Ferrari todo cambia.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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