"Nosotros somos los que trabajamos duro"

Hablar de derechos de los trabajadores en Estados Unidos, donde los ciudadanos asumen con normalidad tener sólo una semana de vacaciones al año, donde 50 millones de personas carecen de seguro médico y donde la voracidad de la economía de mercado desmantela sin ruido los derechos adquiridos en décadas pasadas, puede sonar anacrónico. Por eso resulta significativa la aparición del quijotesco Roger Toussaint, presidente desde hace cinco años de la sección Local 100 del Sindicato de Trabajadores del Transporte (TWU, en sus siglas inglesas), cuya huelga ha puesto de rodillas a Nueva York durante t...

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Hablar de derechos de los trabajadores en Estados Unidos, donde los ciudadanos asumen con normalidad tener sólo una semana de vacaciones al año, donde 50 millones de personas carecen de seguro médico y donde la voracidad de la economía de mercado desmantela sin ruido los derechos adquiridos en décadas pasadas, puede sonar anacrónico. Por eso resulta significativa la aparición del quijotesco Roger Toussaint, presidente desde hace cinco años de la sección Local 100 del Sindicato de Trabajadores del Transporte (TWU, en sus siglas inglesas), cuya huelga ha puesto de rodillas a Nueva York durante tres días.

Nacido en Trinidad hace 49 años, de raza negra y acento caribeño, es conocido por dirigir el sindicato "como si se tratara de una dictadura", en palabras de un colega, aunque su carisma y su verbo afilado sólo son comparables a los del irlandés Michael J. Quinn, fundador del TWU.

Desde su juventud en Trinidad, luchó contra la opresión colonial como activista de organizaciones estudiantiles. Tras emigrar a Nueva York, consiguió un trabajo de limpiador en el metro en 1984 y se afilió al TWU. En 1998, la Autoridad Metropolitana de Transportes (MTA) trató sin éxito de despedirle, convirtiéndole en un héroe sindical que llegó a presidente de la organización en 2000. Toussaint representa a 33.700 personas, de las que el 70% son hispanos, negros o asiáticos. En 2002 amenazó con ir a la huelga si la MTA no retiraba sus planes de recortar los beneficios médicos, y ganó.

Toussaint devolvió a una ciudad que fue famosa por la dureza de sus luchas sindicales un espíritu de barricada. Conectar las protestas laborales con la lucha de las minorías ha sido quizá su movimiento más astuto. "Hay algo por encima de la ley. La justicia y la igualdad. Si Rosa Parks [heroína de las luchas por los derechos civiles] no hubiera roto la ley, seguiríamos sentados en la parte de atrás del autobús", clamó el miércoles. El alcalde, Michael Bloomberg, que calificó a los sindicalistas de "matones egoístas", propició otra frase por la que Toussaint será recordado: "Al contrario que la persona que nos está insultando, nosotros somos los que trabajamos duro, no el alcalde, que es un multimillonario".

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