El instituto que abre puertas

El instituto técnico Puerta Bonita no parece una escuela. Las tradicionales aulas con pupitres y pizarras brillan por su ausencia. En su lugar hay estudios de radio, un plató, una enorme imprenta, media docena de salas de ordenadores especializados en diseño gráfico y varios escenarios.

Son más de 8.000 metros cuadrados dedicados a la formación de 550 jóvenes al año en dos áreas: audiovisuales y artes gráficas. Desde fuera, el exterior de la escuela también proyecta una imagen insólita: el inmueble -construido en 1925- y el extenso jardín que lo rodea es una isla en medio del ajetreo urbano de Carabanchel.

Y ahora Puerta Bonita está de aniversario. Conmemora la metamorfosis que comenzó hace 15 años para transformar el antiguo reformatorio en una escuela técnica cuya misión es "preparar profesionales de los campos audiovisuales y gráficos de la manera más práctica posible", según el director, Luis García. "Somos un centro docente con 50 profesores en el que los alumnos producen de todo: libros, publicidad, grabaciones musicales, programas de televisión y páginas web", apunta. Durante su corta existencia, la escuela, que pertenece a la red de institutos de formación profesional de la Consejería de Educación, ha ganado un importante prestigio y sus alumnos acuden -después de una selección- de todos los rincones.

Gema Padilla es una de sus estudiantes. Cursa estudios de producción de industria gráfica. Esta madrileña de 31 años ingresó en Puerta Bonita el año pasado. "He trabajado en varios sitios y no estaba muy contenta y veía, además, más salidas profesionales serias aquí". Afirma que son necesarios dos años de estudios para dominar las técnicas: "Los procesos de producción, impresión, y maquetación son muy complejos". Ella y sus compañeros han aprendido a diseñar e imprimir libros y manejar costes de la producción.

Otra alumna del segundo año, Nuria Pascual, pertenece a la segunda familia de Puerta Bonita: audiovisuales. Uno de los últimos módulos que su grupo ha estudiado es la legislación vigente sobre televisión. Pascual ya estudió imagen en el instituto Valcárcel, en Moratalaz, pero quiso hacer audiovisuales en Carabanchel por "el prestigio académico de la escuela". Con la excepción de algunas clases teóricas, casi la totalidad de la actividad pedagógica es práctica. Los estudiantes revelan fotografías, preparan folletos de publicidad, realizan cortometrajes, grabaciones de músicos, elaboran programas de radio, preparan desfiles de moda y diseñan páginas web.

Otro reto del instituto es estrechar los lazos con el mundo del espectáculo. Todo tipo de artistas han pasado por estos estudios, donde los alumnos se encargan del sonido. El instituto también abre sus puertas a aspirantes a modelos, y tras preparar una pasarela, diseñan un book para ayudarles en su carrera.

La dirección de Puerta Bonita asegura que el mayor logro del instituto es que el 80% del alumnado encuentra trabajo en el sector de audiovisuales o diseño gráfico tras su paso de dos años por las aulas de Puerta Bonita. El director explica: "El secreto de la escuela, aparte de su contenido práctico, es que fomentamos el intercambio entre los alumnos y el sector privado durante los dos años que dura la formación; además, todos tienen tres meses de prácticas". Convertir el instituto en un lugar de encuentro de las empresas y los estudiantes es otro de los objetivos del instituto. "Cuanto más contacto tengan los alumnos con las empresas, mejor colocados estarán para su aterrizaje en el mercado laboral", añade García.

Un elemento clave del éxito de la escuela fue, según su director, que se fundó en "una época en que se dio un gran impulso a la formación técnica y se le destinaba mayores recursos que ahora. Puerta Bonita es un legado de aquello".