Una entrada a destiempo
Oriol rompió la rodilla a Aranburu, que estará seis meses de baja
Una entrada a destiempo, un golpe seco y una rodilla que se quiebra. Crac, crac, como una rama seca. El mismo sonido que han escuchado Raúl, Xavi o Samuel, canterano racinguista, esta misma temporada. El ruido que rompió la temporada de Motta, Larsson o Gabri durante la pasada campaña es el mismo que apartará a Aranburu de los campos de fútbol al menos durante seis meses.
El centrocampista de la Real Sociedad trataba de llevarse el balón en una zona intranscendente, cuando Oriol, defensa del Racing, calculó mal y entró con todo a media altura. Sus tacos impactaron contra la rodilla del guipuzcoano , que se torció contra natura y cayó al suelo gritando de dolor. Todos se dieron cuenta de la gravedad de la lesión excepto el colegiado, Pino Zamorano, que seguía la jugada a tres metros y ni tan siquiera señaló la falta. Casi antes de caer al suelo, el médico de los donostiarras y el masajista corrían por la banda sin el permiso del árbitro. Los compañeros de Aranburu y también sus rivales se acercaron para comprobar el desastre. El diagnóstico, tremendo: rotura del ligamento cruzado anterior y ligamento lateral externo de la rodilla derecha y fractura del cóndilo medial, según confirmaron los servicios médicos de la Real Sociedad. Por eso la Real, que considera la actuación del árbitro "negligente", remitió ayer una carta al Comité de Árbitros para "que adopte medidas [de sanción]" contra Pino Zamorano.
"Tras el partido fui a verle al vestuario y no parecía tan grave. Cuando llegué a casa y vi las imágenes por televisión me quedé muy impactado. Ahora estoy jodido. Esta mañana le he telefoneado unas cuantas veces hasta que he podido hablar con él para volver a pedirle disculpas", explica Oriol, que ayer tuvo serios problemas para conciliar el sueño después de ver repetida su entrada. "Aranburu me ha comentado que son cosas que pasan, pero yo sé que se trata de una lesión grave por mi culpa en una acción completamente involuntaria".
A Aranburu le queda pasar en solitario por este duro trance que le mantendrá alejado de los terrenos de juego al menos durante seis meses, al igual que su compañero Kovacevic, que también se perderá el resto de la temporada por una lesión en el talón de Aquiles. Hoy será operado en la Policlínica Guipúzcoa y, posteriormente, el equipo médico hará una valoración de la intervención quirúrgica.
Se da la circunstancia de que, hasta la caída de Aranburu, las últimas lesiones de ligamentos en Primera División habían llegado en jugadas tontas,sin contacto físico con un rival. Raúl, al intentar rematar un balón que botó mal en el partido contra el Barcelona; Xabi, tras un mal gesto en un entrenamiento; Motta, la temporada pasada al intentar cubrir a Baptista, entonces jugador del Sevilla; Gabri, al intentar coger un pase de Deco, o Edmilson y Samuel, tras sendos saltos y dos malas caídas.
A Oriol le ha tocado jugar el papel de malo, aunque su grado de consternación desmiente este carácter: "A partir de ahora iré llamando a Aranburu para saber cómo va su recuperación. Le deseo lo mejor y espero que no se repita, porque todos somos compañeros y jamás he querido dañar a nadie".
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