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Los tiempos del PSOE

Muchos dirigentes socialistas reconocen que están soportando un momento políticamente malo, con una bajada en la intención de voto que recogen las encuestas, incluidas las propias, pero aseguran que "sólo necesitan tiempo" para demostrar que pueden reaccionar. Tiempo para demostrar que los problemas en los que están sumidos encuentran solución. "Y tiempo", mantiene un importante responsable del PSOE "es, precisamente, algo que tenemos en abundancia, porque no hay elecciones a la vista hasta dentro de más de un año".

El conflicto con la Ley de Educación, y sobre todo con la Iglesia, aseg...

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Muchos dirigentes socialistas reconocen que están soportando un momento políticamente malo, con una bajada en la intención de voto que recogen las encuestas, incluidas las propias, pero aseguran que "sólo necesitan tiempo" para demostrar que pueden reaccionar. Tiempo para demostrar que los problemas en los que están sumidos encuentran solución. "Y tiempo", mantiene un importante responsable del PSOE "es, precisamente, algo que tenemos en abundancia, porque no hay elecciones a la vista hasta dentro de más de un año".

El conflicto con la Ley de Educación, y sobre todo con la Iglesia, asegura, se suavizará cuando el proyecto llegue al Congreso de los Diputados, se pueda debatir artículo a artículo, y se enmienden algunos aspectos aún reformables, con la inestimable ayuda de Convergència i Unió, "un partido que tiene una fuerte componente demócrata cristiana, por mucho que le irrite al PP y a la propia Iglesia". Y lo que algunos diputados del PSOE califican irónicamente, en privado, de "la madre de todos los conflictos", la negociación del proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña, no tiene por qué alcanzar el clímax hasta febrero; de momento está previsto que todos los contactos entre el cuatripartito catalán (incluido CiU) y el Gobierno se desarrollen en encuentros y negociaciones discretas.

Algunos dirigentes creen que el Gobierno y su partido deben salir al paso de la imagen de debilidad que le atribuye el PP y que la Iglesia quiere también aprovechar

"Todos nos recomendamos, unos a otros, calma; todos sabemos que los gobiernos y partidos en el poder pasan por momentos parecidos, y que hay que saber reaccionar, pero sin contribuir a la estrategia del PP, y de algunos medios, de aumentar aún más la tensión", explica un diputado vinculado a la negociación territorial. "Pero una cosa es mantener la calma, y otra, no reaccionar. Tenemos que tomar la iniciativa y demostrar que tenemos recursos para hacer frente a esta situación", sugiere.

Pocos dudan en el PSOE que la bajada en la encuestas se debe, fundamentalmente, a lo que denominan "el ruido" que ha rodeado la negociación del borrador del nuevo estatuto de Cataluña. "Y al calor de esa noticia, y de algunos conflictos sectoriales, como los transportistas o los pesqueros, el PP y la propia Iglesia católica se han creído que PSOE y Gobierno pasaban por un momento de debilidad y que era la ocasión de lanzarse por la brecha", comenta otro diputado vinculado a labores de dirección del partido. "Ahora se trata de demostrar que no existe esa debilidad. Con toda calma, pero sin ignorar cuál es la situación".

Los ataques populares al ministro de Industria, José Montilla, responden, según el análisis de los responsables socialistas, a esa misma idea: "Creen que estamos débiles y atacan donde creen que pueden hacernos más daño. Saben que Montilla, en su condición de miembro del Gobierno y de secretario general del PSC, es un elemento básico en la negociación del Estatuto catalán y quieren tenerle enredado en temas absurdos y desacreditarle como interlocutor. No lo vamos a consentir".

Goteras

En el Partido Socialista estan convencidos de que, mientras la negociación del Estatuto esté "viva", el PP va a intentar convertir todas las discrepancias en "auténticos escándalos". El problema, analiza otro responsable del PSOE, es que "cuando llueve tan fuerte se ven las goteras". Es decir, que sometidos a una presión tan asfixiante se magnifican los problemas que realmente existen. "Lo que pasa es que como consecuencia del debate del Estauto, todo el mundo nos está mirando, todo el rato", bromea.

"Es cierto que se han hecho algunas cosas mal, no tanto por los contenidos sino por la forma en la que se han llevado a cabo, pero en la mayoría de los casos se trata de equivocaciones menores y no tendría ningun sentido que alguien, en el partido, entrara en esa dinámica. Esa es la estrategia del PP y todo el mundo en el PSOE sabe que es así", añade el mismo dirigente socialista. Desde su punto de vista, "se equivocan de pleno quienes creen que es posible la exhibición de discrepancias internas entre los socialistas. No se va a producir nada de eso".

"Lo que sí ha aprendido ya todo el mundo en el PSOE", ironiza un veterano diputado, "es que no hay nada más falso que el dicho: dos no se pelean si uno no quiere. Ahora ya todo el mundo sabe que basta que uno quiera, el PP, para que todos tengamos que plantearnos una línea de ataque". Para su criterio, los responsables del partido y algunos ministros, especialmente la de Educación, han reaccionado muy tarde "a lo que se nos venía encima". "Tenemos que ser mucho más rápidos y se tiene que distribuir más el juego", aconseja.

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