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VISTO / OÍDO
Columna
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Pobres y ricos

Mejor dicho, ricos y pobres: por buen orden. El informe que publica la ONU dice que las 500 personas más ricas tienen ingresos más altos que los 416 millones de personas con ingresos más bajos (del orden de dos euros al día). Por países, España ocupa el puesto 21 de la lista buena, pero no hay que tranquilizarse: en la lista de pobres sólo tenemos el 11. Quiere decirse que las desigualdades son mayores; y si nos fijamos más, es el tercer país con mayor paro (los otros dos: Polonia y Eslovaquia). Nuestros ascensos están entre las tablas de lo peor, en lo negativo. No trato de hacer demagogia, aunque me gusta mucho: pero sí intento explicarme que la población mundial es el factor decisivo que crea las peores situaciones del mundo. Las guerras de Estados Unidos y las de la Unión Europea son de ricos contra pobres, y tratan de poner fronteras de todas clases. Si las geográficas -Gibraltar- no bastan a la contención, o aceptan la entrada de gente en condiciones de trabajar y procrear para evitar el envejecimiento de las poblaciones, se hacen las guerras "contra el mal", se inventan enormes depósitos de armas en otros países y la capacidad hitleriana de los tiranos: se les destruye -estamos en vísperas del gran juicio contra Sadam Hussein-; al mismo tiempo, nos engañamos a nosotros mismos (o a los más necesitados de engaño de nuestros países: los religiosos, los mediocres, los timoratos) diciéndo que están en marcha los gigantes planes de ayuda, y que hacia 2012 se habrá conseguido sacarles del hambre. No es verdad, todos lo sabemos -sobre todo los especialistas que mienten; que preparan las grandes mentiras de los líderes- y sabemos, sobre todo, que no tiene remedio.

El gran progreso de la riqueza es centrípeto. Va a acumularse en el centro y a desposeer a los bordes. A los periféricos, que decimos nosotros, instalándonos con ufanía en el buen centro. Los aviones de las Torres Gemelas, las bombas de Madrid y las de Londres, parecen el punto máximo al que pueden llegar nuestras víctimas, y sólo de tarde en tarde. Esto que llamamos ahora terrorismo es una parte de las revoluciones que nunca se pudieron hacer, y hasta la caída de las que llegaron a algo. Se responde con guerras: están perdidos. Todo lo demás con lo que se especula, alianzas de civilizaciones, religiones opuestas o lo que se quiera, no son verdad: sólo hay pobres y ricos.

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