Los cortafuegos retienen el incendio de 1.500 hectáreas en La Palma

El incendio que ha afectado a más de 1.500 hectáreas de pinar centenario en el municipio de Garafía (norte de la isla canaria de La Palma) quedó anoche retenido, pero no controlado, gracias a los cortafuegos que las brigadas de extinción construyeron en el Barranco del Poleo y en Lomo Gallego, hacia donde avanzaban las llamas desde el Barranco de los Hombres. Dos aviones cisterna enviados por el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía estuvieron toda la mañana retenidos en Agadir y Casablanca (Marruecos) por "problemas burocráticos", según el Cabildo Insular.

La noche del miércoles, el fuego había quedado atrapado en este paraje, de difícil acceso, y amenazaba el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y otra lengua del mismo frente, la Reserva Mundial de la Biosfera del Canal y Los Tiles, ambos ya fuera de peligro. Los efectivos aéreos quedaron inmovilizados con la caída de la noche. La brisa a primera hora la mañana de ayer avivó las llamas que avanzaban con rapidez por las copas de los árboles de más de 50 metros de altura hasta acercarse a los parajes conocidos como Franceses y Gallegos, cerca de la costa norte de la isla.

Dos de los frentes del mayor incendio forestal registrado en el archipiélago este verano, según confirmó el director general de Emergencias y Seguridad, José Andrés de las Casas, quedaron controlados ayer. Pero el tercer frente de fuego se vio alimentado por las condiciones meteorológicas, se generó una gran nube de humo y se elevó la temperatura del perímetro afectado, hasta hacer imposible la labor de los retenes, informó el presidente del Cabildo Insular y coordinador de todo el operativo, José Luis Perestelo.

Desde el aire, los ocho helicópteros sólo podían humedecer la zona hacia donde avanzaban las llamas en dirección a Gallegos, porque la mala visibilidad hacía peligrar los vuelos. "Meter muchas personas ahí hubiese supuesto un riesgo para sus vidas", reconoció a Efe el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín Menis.

Para evitar que las llamas afectaran al caserío de Gallegos (en el vecino municipio de Barlovento), las más de 500 personas desplazadas, entre bomberos y voluntarios, construyeron varios cortafuegos delante y detrás del rectángulo afectado, entre Roque del Faro, Franceses, Barranco del Poleo y Lomo Gallego. Los tres primeros resultaron un éxito, mientras 100 efectivos esperaban retener el incendio desde Lomo Gallego, ya al anochecer.

Dos aviones cisterna con 3.100 litros de bodega enviados por el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía estuvieron desde primera hora de la mañana hasta las cuatro de la tarde en los aeropuertos de Agadir y Casablanca (Marruecos) por "problemas burocráticos", según informó un portavoz del Cabildo Insular. La versión oficial de la Delegación del Gobierno es que necesitaron esas horas para repostar y confeccionar el plan de vuelo, pero fuentes extraoficiales explicaron que los servicios aeroportuarios tardaron ese tiempo en darles suministro.

El incendio se originó a las 12.35 horas del pasado martes. En todo su recorrido no ha afectado a ningún caserío ni población. Por este motivo, el presidente Adán Martín señaló que los ocho helicópteros y 500 efectivos desplegados eran "suficientes". Sólo se evacuaron varios rebaños de cabras y el personal del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ya que las llamas llegaron "hasta la puerta de la misma residencia", en palabras de Perestelo.

El mismo presidente del Cabildo auguró que "a este ritmo de trabajo y con estas condiciones meteorológicas" era posible que se lograse controlar el fuego anoche, si bien advirtió de que cualquier variación del viento podría avivar las llamas, como ocurrió en la jornada de ayer.

Este incendio recuerda a los palmeros las tragedias de 2000, cuando se quemaron más de 5.000 hectáreas, y otra de hace más de 10 años, cuando las llamas cruzaron toda la isla hasta llegar a la capital, Santa Cruz de La Palma.