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EL FUTURO DE EUROPA

La UE decide mantener la negociación con Turquía a pesar de la crisis europea

Durão Barroso se enfrenta a los comisarios que quieren aplazar el inicio del proceso de adhesión

Carlos Yárnoz

La Comisión Europea mantuvo ayer la fecha del 3 de octubre para el inicio de las polémicas negociaciones con Turquía, puestas ahora más en duda que nunca a raíz de la grave crisis que atraviesa la UE tras el no franco-holandés a la Constitución. Bruselas alertó, no obstante, sobre la capacidad de absorción de la UE para acoger a países como Turquía. La última palabra la tienen ahora los 25 Gobiernos de la Unión, que en el Consejo de la UE deben aprobar por unanimidad el inicio de esas conversaciones. Las condiciones impuestas a Turquía son las más rigurosas jamás aplicadas a un país candidato.

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Bruselas dio ese paso después de celebrar "un largo debate, muy político", en palabras del comisario de la Ampliación, el finlandés Olli Rehn. Fue "tenso", según algunos de los asistentes, y se centró en la oportunidad de mantener el calendario a pesar de que el rechazo a Turquía ha pesado en los noes de Francia y Holanda, según las encuestas hechas tras las dos consultas. "Tenemos que escuchar mejor a los ciudadanos", asumió Rehn ante los periodistas.

El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, fue el máximo defensor en mantener el calendario, mientras la comisaria luxemburguesa, Viviane Reding, se opuso con virulencia. Argumentó, por ejemplo, la influencia que la decisión tendría sobre el referéndum del 10 de julio en Luxemburgo sobre la Constitución.

Con Barroso se alineó la mayoría de los comisarios, empezando por el vicepresidente Günter Verheugen, alemán, anterior comisario de la Ampliación. Con menos rotundidad que Reding, pusieron objeciones la austriaca Benita Ferrero-Waldner, el griego Stavros Dimas o la polaca Danuta Hubner. El chipriota Markos Kyprianou se mostró satisfecho porque en la decisión del Ejecutivo se recoge que Turquía debe solventar el litigio de Chipre.

La discusión se prolongó una hora más de lo previsto. Después, Olli Rehn explicó que la Comisión ha optado por sostener los compromisos adquiridos por los jefes de Estado y de Gobierno de los Veinticinco. En diciembre de 2004, éstos fijaron el 3 de octubre como la fecha para lanzar las negociaciones de adhesión con Ankara y el pasado día 17 insistieron en que sus compromisos no habían variado. "Cumplimos nuestra palabra", repitió ayer Rehn.

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Ahora, la patata caliente vuelve a los Gobiernos, que tendrán que confirmar por unanimidad si empiezan o no las conversaciones en la fecha citada. "Hay que suspender la ampliación", clamó el martes el todopoderoso ministro francés Nicolas Sarkozy. Llamadas similares, aunque menos rotundas, han surgido estos días desde los Gobiernos de Holanda, Austria, Suecia o Dinamarca. Por el contrario, los de Alemania, Reino Unido, España o Italia defienden la apertura de conversaciones.

El Partido Popular Europeo (PPE), el que más escaños tiene en la Eurocámara (268 de 732), rechaza la adhesión de Turquía y prefiere "la asociación privilegiada". La conservadora alemana Angela Merkel, con grandes opciones de ganar en septiembre las elecciones, defiende esa tesis. En nombre del PPE, el eurodiputado alemán Elmar Brok criticó ayer a la Comisión por desoír a los ciudadanos y confió en que algún Gobierno vete la decisión.

Lo que ayer hizo Bruselas fue aprobar el marco de negociación. Recoge las condiciones más duras aplicadas hasta ahora a un candidato. A los requisitos ya habituales (democracia, derechos humanos, respeto a las minorías, Estado de derecho, economía de mercado y capacidad de absorción de la UE) se añaden ahora cláusulas especiales, como la posibilidad de no aplicar nunca a los turcos el sagrado principio comunitario de libertad de movimiento y establecimiento de los trabajadores.

En el documento se pone un acento especial en cuatro puntos no nuevos, pero ahora destacados de forma significativa para endurecer ese marco de negociación: la apertura de negociaciones no presupone que el fin del camino es la adhesión; las conversaciones podrán suspenderse en caso de violación grave de principios democráticos; la capacidad de absorción de la UE, y la necesidad de que Ankara solucione el problema de la dividida Chipre. A este respecto, se exige de nuevo a Turquía que, antes del 3 de octubre, firme con los Veinticinco (Chipre incluido) el protocolo por el que la Unión y Turquía se intercambian ventajas aduaneras.

"Será un viaje largo, difícil, tortuoso", comentó el comisario Rehn. "Tenemos que ser muy conscientes de esa capacidad de absorción", añadió. Aun así, dijo que hay que cumplir los compromisos adquiridos por los Veinticinco y que "debe darse a Turquía una oportunidad justa para ver si puede cumplir".

El comisario europeo de la Ampliación, Olli Rehn.
El comisario europeo de la Ampliación, Olli Rehn.REUTERS

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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