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VISTO / OÍDO
Columna
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200.000, un millón

El periodista recibe una noticia y la transmite. Se le exige veracidad; puede tenerla en la transmisión de lo que le han dicho o ha visto, pero la noticia es siempre más que oír y ver. A veces trabaja solo, y en un país extraño: debe no sospechar de que lo que le transmiten está teñido de la opinión de quien le informa, aunque ese informador no lo sepa: no todos se dan cuenta de que lo que omite y subraya es su propia voluntad, aunque quiera ser neutral. En otros tiempos, yo tenía unas normas. Si me enviaban a un país en crisis, procuraba ir antes al país vecino, que suele estar mejor informado y no contaminado. La norma era fiarme de la primera noticia. Antes de que la deformasen las autoridades, los testigos, los censores, los periódicos. A veces suele dar resultados. El sábado veía la manifestación del PP con las Víctimas del Terrorismo (esta frase encierra ya una deformación, pero estas deformaciones suelen ser más aproximadas que lo correcto, oficial u oficioso) y veía en directo la televisión del adversario (Telemadrid, de la Comunidad: Esperanza Aguirre). El locutor que mostraba el enorme hormiguero calculaba en 200.000 los manifestantes. Preguntaba a unos y a otros, y coincidían: también con la policía. Poco más tarde, otra policía, la municipal (Ruiz-Gallardón), decía que podían ser 500.000: pasaron unas horas y ya eran 800.000. Se había disuelto, habían tomado los autobuses del PP que los devolvían a sus duras tierras y no había manera de volver a contarlos. Pero un rato más tarde ya eran 850.000.

Me desperté el domingo con los últimos datos: un millón. A cualquiera que no sea periodista le podría extrañar esta diferencia, cuando la riada transcurrió recta por la calle de Príncipe de Vergara y desde la televisión se veía principio y fin, alfa y omega; el periodista ya sabe cómo pasa, y vuelve a su primera cifra. Sin ninguna garantía. Si tiene otra norma, pensará que la mejor noticia es la última. En este caso podría hacerlo si estuviese en los medios del PP o afines y, de hecho, lo están haciendo. Como yo en esta advocación que tengo ahora soy de opinión -otra forma de información-, me quedo con los 200.000. Y me parecen demasiados. Yo estaba solo y en un país extraño.

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