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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El imperio de las cuatro ruedas

Salir a pie de la urbanización de los Altos de Villalba (situada muy próxima a la autopista, en el kilómetro 38,5 dirección A Coruña) camino del centro de Collado Villalba, zona de la calle Real, constituye una buena preparación para los próximos Juegos Olímpicos de Madrid 2012, y también para la práctica de las artes circenses.

Desde el acceso a la urbanización se puede intentar alcanzar la vía de servicio ensayando el salto de pértiga o bien, desarrollando una punta de velocidad galáctica para esquivar el intenso tráfico rodado que penetra por la calle del camino de la Fonda en la misma, dando paso intermedio a otras tres urbanizaciones, así como a sendos concesionarios de automóviles.

Una vez alcanzado el esquinazo del solar del futuro supermercado (en obras desde hace tres años) y enfilada la vía de servicio se impone el salto de obstáculos (bordillos despanzurrados, aceras truncadas y estranguladas por los pies hormigonados de la valla adyacente, pavimento escorado), así como el contorsionismo. En efecto, la malla de la valla de la obra se cimbrea de tal modo al paso de vehículos pesados que se impone el paso de cangrejo (o sea de perfil) y la escoliosis postural, so pena de que uno de los mástiles que "sujetan" la valla nos atice sin misericordia en el cogote.

Pero no acaba ahí tan feroz entrenamiento: a la altura del concesionario de automóviles se atraviesan sobre la acera toda clase de vehículos (algunos durante semanas enteras) y se imponen los deportes de riesgo: driblar a los coches y retornar a la acera previo paso por el asfalto, donde una jauría desatada de los mismos (a 90 supuestos kilómetros por hora) se halla presta a convertirnos en papilla, es toda una descarga de adrenalina. Aún se puede aumentar la dosis: Algunas madres temerarias realizan las mismas maniobras empuñando carritos de bebé.

Siempre queda el consuelo de llamar a nuestras eficaces autoridades. Por ejemplo el día 24 de mayo, alrededor de las ocho de la tarde, la llamada al puesto local de la Guardia Civil para denunciar los automóviles atravesados se saldó con un pasa la bola ("No es de nuestra competencia"). Al día siguiente (hacia las 8.50) ante la insistencia del ciudadano, una voz recelosa admitió con desgana -esta vez sí- la competencia, pero estuvo al quite: "No tenemos medios. Si la Policía Municipal quiere hacernos el favor de dejarnos la grúa...". Del Ayuntamiento... mejor no hablar, está demasiado ocupado con el embellecimiento de rotondas.

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