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El portuense Javier Ruibal imparte un curso de música en Liverpool

El cantautor participa en una sesión de la escuela promovida por Paul McCartney

El cantautor portuense Javier Ruibal, con una paleta de colores musicales que le convierte en un artista de difícil catalogación, aunque siempre cercano al flamenco y a las músicas mediterráneas, ofreció el pasado mes un curso de música en la prestigiosa Liverpool Institute for Performing Arts (LIPA), la escuela de arte que promueve el ex beatle Paul McCartney en su ciudad natal.

El mencionado instituto es heredero del antiguo Instituto de Arte donde cursaron Paul McCartney y George Harrison antes de formar su mítica banda. Ruibal fue elegido por los responsables artísticos de la escuela para impartir un curso de música "de búsqueda y de encuentro". "El asunto comenzó hace ya varios años", explica Ruibal. "La Asociación de Intérpretes me propuso a la dirección de la LIPA, pero en aquel momento, la escuela consideró que no había un grupo de alumnos, en el segundo grado, al que se dirige este tipo de cursos, con suficiente lenguaje musical como para afrontar con garantías la experiencia".

En esta ocasión, de un grupo de 40 alumnos interesados en participar, la dirección seleccionó a una decena de estudiantes (ocho noruegos, un alemán y un español) con los que el autor de El Puerto ha compartido dos semanas de pura práctica musical.

"Me sorprendió su actitud porque, aunque en los primeros días tenían precaución y respeto, en todo momento demostraron que afrontaban el curso sin complejos, porque se saben buenos músicos", afirma Ruibal. Éste se felicitó de que, en una época que cada vez ofrece "más música sin alma", haya artistas e instituciones que busquen "la esencia". Por eso centró su curso en "en la fuerza de la música flamenca".

"La nuestra, la gaditana", dijo, "es una música que ha absorbido durante siglos el legado de las culturas que han pasado por aquí". Por eso, según explicó, en su curso ha pretendido hacer mucho hincapié "en el ímpetu que está detrás de esa música y les he invitado a que la desarrollen con arrojo y sin miedo".

El resultado ha sido, según Rubial "muy satisfactorio, porque desde los primeros ensayos estuvo claro que conocían el género y se desenvolvían con soltura en su técnica". A partir de aquí, dice, "el músico debe aprender una línea de conducta para tratar a la pieza musical como se merece, sea cual sea el entorno en el que se ejecuta".

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