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Reportaje:FÚTBOL | El Liverpool gana la Copa de Europa tras la mayor remontada en la historia de las finales

El rey del Mersey

Rafa Benítez entra en la mitología del Liverpool en su primera temporada

Santiago Segurola

Una efigie de Bill Shankly preside la entrada de la Kop, el célebre fondo de Anfield en el que la hinchada del Liverpool festeja a su equipo y le recuerda las obligaciones con un pasado glorioso. Shankly es el hacedor del Liverpool, el origen del equipo que salió de Segunda en los comienzos de los 60 para escalar hasta la cima apenas 15 años después. Shankly, que construyó el equipo con serenidad, buen ojo y mucho estilo, era el hombre al que nadie atrevió a compararse. Es cierto que dos de sus hombres, Joe Fagan y Ronnie Moran, ganaron la Copa de Europa tras la despedida de su maestro, pero el peso de su legendaria figura era tan grande que aniquilaba a cualquiera. Pasaron Dalglish, Souness, Roy Evans, Houllier. Pasaron y sufrieron con las comparaciones. El Liverpool cada vez parecía más lejos del Manchester United, del Arsenal, quizá del opulento Chelsea, cargado de dinero y estrellas.

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En esta clima, a Rafa Benítez le tocaba regenerar un equipo depreciado en el mercado, castigado por la dramática historia del club, sospechoso ante sus aficionados durante la etapa de Houllier al frente del equipo. Un año después de su llegada, Benítez no tendrá que hacer nunca más el meritoriaje en el Liverpool. No tendrá que soportar el peso del mito de Shankly. No tendrá que justificar la discreta trayectoria del equipo en el campeonato inglés. Un año después, Benítez es el rey del Mersey, el hombre que coronó campeón de Europa al Liverpool en una final inolvidable. Puede que todavía no tenga una estatua en Anfield, pero su nombre siempre estará asociado a un momento que sólo ayudará a engrandecer la leyenda de los reds.

Algo de eso le preguntó un periodista tras el partido. "¿El día más féliz de su vida?". Y Benítez, que apenas podía controlar la emoción y se batía en una babel de preguntas en turco, italiano, inglés y español, pensó un momento, sonrió y contestó que no. "Bueno, tengo una mujer, dos hijos... No está mal, ¿no?". Después hizo una pausa: "Por lo que respecta al fútbol, quizá sí". Fue una respuesta muy contenida para un hombre que, evidentemente, acababa de vivir el momento que cualquier entrenador sueña: conquistar la Copa de Europa. Lo había hecho con un equipo desfavorecido en los pronósticos, frente a un rival que lo había masacrado en el primer tiempo. Pero, durante toda su trayectoria en el Liverpool, Benítez nunca se ha distinguido por la arrogancia ni por las justificaciones. Eso es algo que ha apreciado la hinchada. La gente de Liverpool no quiere que sus entrenadores se quejen o que se exhiban. Benítez tuvo motivos para quejarse cuando su equipo estaba minado por las lesiones. Nunca lo utilizó como excusa. Tampoco pretendió aparecer como el entrenador extranjero dispuesto a acabar con el legado de sus predecesores. Todo lo contrario: "Quiero rescatar la memoria de Shankly y todo lo que significó". Así que durante toda la temporada ha estado al margen de las batallas que José Mourinho, Arsène Wenger y Alex Fergunson, las tres prima donnas. Sin embargo, Benítez sale ahora con más crédito que nadie, pues ningún otro ha dispuesto de menos recursos que él.

Apenas una hora después del encuentro, Benítez derrochaba felicidad y frases cortas. Utiliza el inglés con precisión, pero no quiere ir lejos con un idioma que todavía le procura algunos problemas de comunicación. Definió en dos palabras la actuación de Dudek, el inesperado héroe del Liverpool. "Es un buen portero", comentó. Luego repasó el plan de su equipo. "Queríamos jugar al ataque, funcionar con agresividad y presionar constantemente al Milan. El gol de Maldini en el primer minuto nos hizo mucho daño". Benítez se refirió a los problemas que le causó el Milan. "Movió muy bien el balón entre líneas y nosotros no llegábamos a tiempo para presionar", dijo el técnico español, que habló de ingenuidad sin pronunciar la palabra. "El segundo gol nos lo han marcado mientras protestábamos un posible penalti de Gattuso. Con el contragolpe del Milan no puedes caer en estas distracciones".

Ante la perplejidad que produjeron los tres goles del Liverpool en el arranque del segundo tiempo, Benítez sostuvo que era el signo de su equipo. "Siempre hemos creído en nosotros. Lo hemos hecho frente a rivales de gran relieve".. Con respecto al cambio de Finnan por Hamann, decisión que se antojó decisiva en la transformación del Liverpool en el segundo tiempo, Benítez dijo que el plan era jugar con tres defensas a la vista del resultado. Sin embargo, añadió que Finnan no era el hombre destinado al cambio. "Iba a sustituir a otro jugador, pero Finnan sufría problemas musculares y tuve que retirarle del partido". De Hamann se limitó a decir que había aportado su larga experiencia en el fútbol. "Ha jugado muy bien, desde luego". Ése fue el tono de un hombre que no quería resultar excesivo en la victoria, un hombre para el que nada será igual en el Liverpool.

Rafa Benítez sostiene la copa con Gerrard.
Rafa Benítez sostiene la copa con Gerrard.ASSOCIATED PRESS

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