Reportaje:

Un neandertal en el cajón

Dos jóvenes investigadores hallan en un archivo de Sitges uno de los fósiles humanos más antiguos de Cataluña

"50.000 años bajo tierra y 50 años en un cajón". Así sintetizaba ayer el prehistoriador Josep Maria Fullola la extraña peripecia de uno de los restos humanos más antiguos encontrados nunca en Cataluña, la mandíbula de la Cueva del Gigante (en el macizo del Garraf, cerca de Sitges), que viene prácticamente a doblar las existencias catalanas de fósiles de neandertal: de uno a dos (el otro resto, aparte de un diente dudoso, es la célebre mandíbula de Banyoles, cuya adscripción, además, es cuestionable).

Mientras varios de los más notables paleontólogos catalanes buscaban infructuosamente e...

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"50.000 años bajo tierra y 50 años en un cajón". Así sintetizaba ayer el prehistoriador Josep Maria Fullola la extraña peripecia de uno de los restos humanos más antiguos encontrados nunca en Cataluña, la mandíbula de la Cueva del Gigante (en el macizo del Garraf, cerca de Sitges), que viene prácticamente a doblar las existencias catalanas de fósiles de neandertal: de uno a dos (el otro resto, aparte de un diente dudoso, es la célebre mandíbula de Banyoles, cuya adscripción, además, es cuestionable).

Mientras varios de los más notables paleontólogos catalanes buscaban infructuosamente en los importantes yacimientos locales restos de neandertal, el fósil ha ido a aparecer, paradójicamente, en un cajón del archivo histórico municipal de Sitges, donde reposaba sin identificar entre una colección de viejos huesos de animales recolectada a inicios de los años cincuenta por el cura y paleontólogo mosen Santiago Casanova.

Dos jóvenes y tenaces investigadores, Joan Daura y Montse Sanz, que estudiaron el fondo en 2002, se encontraron con la gran sorpresa de que entre las piezas figuraba, partida en tres trozos, la mandíbula (de hecho un fragmento), que, desgraciadamente, no conserva ni un diente. El notable fósil, en cuyo estudio han participado Fullola, Eulalia Subirà, José Luis Arsuaga y R. Quam, del departamento de Antropología de la Universidad de Nueva York, aparecerá publicado en el próximo número del Journal of human evolution.

La mandíbula, recién llegada al star-system de los fósiles de la evolución humana, fue presentada públicamente ayer, entre focos y flashes, en Cosmocaixa, en Barcelona, por sus descubridores y los coautores del estudio.

Daura y Sanz, arqueólogos del Grupo de Investigación del Cuaternario de la Universidad de Barcelona, dirigen un estudio de los primeros pobladores del macizo del Garraf, en el curso del cual excavan en diferentes lugares, como la Cueva del Rinoceronte de Castelldefells.

La Cueva del Gigante, de la que procede originalmente la mandíbula de neandertal, se encuentra en un acantilado junto al mar, al sur de Sitges, y es accesible únicamente desde el agua o por un estrecho conducto vertical. El interior está sometido a la acción del oleaje. La mandíbula fue recuperada en su día en la más pura tradición del excursionismo científico -Santiago Casanova era consiliari, director espiritual, de la agrupación montañera de Sitges- entre los sedimentos de la galería lateral de la cueva. En la cavidad aparecieron también restos de fauna del pleistoceno superior, especialmente caballos, aunque también carnívoros -hiena, lobo, leopardo- y, en posteriores excavaciones, herramientas musterienses (las propias de los neandertales). La mayor parte de los restos animales presentan huellas de haber sido consumidos y arrastrados por depredadores. En la actualidad el estudio de la cueva se ve dificultado por que no da permiso el propietario del terreno.

Al descubrir la mandíbula entre los huesos de la colección, Daura y Sanz se pusieron en contacto con Arsuaga y Subirà para el estudio antropológico y se le efectuó al fósil un TAC y radiografías. La prueba del Carbono 14 fue negativa, pero la estratigrafía, los restos animales, la industria lítica de la cueva y la propia morfología de la mandíbula han permitido fechar la pieza entre hace 100.000 y 40.000 años.

"Desde el primer vistazo se aprecia que es de una especie distinta a la nuestra", dijo Arsuaga, que señaló una serie de rasgos típicos del neandertal como la falta de mentón y el adelantamiento de la sede de los dientes. Según los estudios, la mandíbula pertenecía a un individuo en la última adolescencia o adulto, pues un alvéolo testimonia la irrupción de la muela del juicio. Parece que era un individuo "grácil", lo que apunta al sexo femenino. Eso supondría haber dado con la mujer más vieja de Cataluña, aunque Arsuaga advirtió que, con un neandertal, el sexo nunca es fácil de establecer.

"Era una anomalía que en Cataluña, una de las cunas de la prehistoria mundial, no se hubiera encontrado casi restos de neandertales", señaló el paleontólogo de Atapuerca.

Por su parte, Fullola precisó que el neandertal de la Cueva del Gigante vivía -si no fue arrastrado por una fiera hasta su nevera- en un entorno muy diferente al actual, pues entonces el mar estaba a kilómetros de distancia.

Montse Sanz y Joan Daura, con la mandíbula de neandertal, ayer en Barcelona.CARLES RIBAS

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