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Un hombre mata a otro en un geriátrico de Sueca porque roncaba

El supuesto autor de los hechos clavó a la víctima un punzón de madrugada

Los ronquidos de Daniel Roselló irritaron tanto a José Mora, su compañero de habitación en el hogar asilo Sagrado Corazón de Sueca, que cogió un punzón y se lo clavó hasta acabar con su vida. Así lo explicó el autor de los hechos, de 62 años, a los agentes de la Guardia Civil que le detuvieron. La titular del juzgado de Instrucción número dos de Sueca se ha hecho cargo de la investigación y será hoy cuando interrogue al detenido.

Roncar le costó la vida a Daniel Roselló Aparicio, conocido como Corretja. Era natural de Sueca. Tenía 76 años. Vivió sus años mozos en la República Dominicana de Rafael Leonidas Trujillo. Corretja fue asesinado en la madrugada de ayer en el asilo de ancianos de Sueca, ubicado en un emblemático edificio modernista de principios del siglo XX conocido como Panteón-Asilo de la familia Baldoví-Cardona y regentado por las Hermanitas de Ancianos Desamparados.

Todo apunta a que su compañero de habitación, Daniel Mora Cairols, de 62 años, le asestó dos o tres puñaladas con un punzón por el simple hecho de que roncaba, según fuentes de la investigación. Así lo explicó el hombre al ser detenido. Ni la Policía Local, ni la Guardia Civil -que ni siquiera desde la Comandancia confirmó el hecho- ni el Ayuntamiento de Sueca dieron detalles sobre la personalidad del agresor. Fuentes próximas a la investigación descartaron inicialmente, a tenor del comportamiento del detenido en dependencias policiales, que sufra algún trastorno psiquiátrico. El alcalde de Sueca, Salvador Gil, apuntó que "había llegado a Sueca hace dos o tres años". Y explicó que había sido despertado a las 6 de la madrugada, prácticamente media hora después de haberse producido el fatal desenlace. "Es un hecho lamentable y puntual en una residencia que funciona muy bien; hay que entender ahora el estado anímico de las monjas", añadió.

La relación entre agredido y agresor (que se entregó nada más cometer el homicidio) era distendida y "normal", según explicaban en la tarde de ayer compañeros y trabajadores de la residencia.

Corretja había emigrado a Santo Domingo en los años cincuenta, donde se casó y tuvo varios hijos. Regresó a Sueca en la primera mitad de los sesenta para volver al Caribe años después acompañado de otros vecinos de Sueca. En los años setenta se asentó definitivamente en la localidad.

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