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Entrevista:JOSÉ MARÍA OLAZÁBAL | Golfista | GOLF | El jueves comienza el Masters de Augusta

"Me encuentro más a gusto"

Carlos Arribas

Si no puedes con ellos, únete a ellos, dicta el sentido común. Y ese dictado ha sido norma para José María Olazábal (Hondarribia, Guipúzcoa, 1966), quien, después de dos años horribles, en los que ha perdido la tarjeta del circuito norteamericano y el derecho a participar sin fases previas en tres de los torneos grandes de la temporada, decidió cambiar su swing para dar golpes más largos y rectos, los que exigen los nuevos campos, y decidió cambiar su físico para asegurarse la potencia necesaria para competir con las nuevas bestias del golf. Ante él, desde el jueves, se extiende un nuevo desafío en Augusta, en el Masters, que ganó en 1994 y 1999. Anoche, al cierre de esta edición, iba el segundo en el torneo previo, el BellSouth Classic, en Duluth, a falta del recorrido de hoy. Un buen síntoma.

"No pienso en ganar la tercera chaqueta. No se puede afrontar así el Masters. Eso es ponerte una presión encima que no sirve para nada"
"No hallo satisfacción en el golf si no estoy metido en el ajo. Se trata de jugar para estar entre los diez primeros y sacrificarte para ello"

Pregunta. Después de dos años de no dar bola, en las competiciones que ha jugado en Estados Unidos en 2005 ha logrado quedar dos veces entre los diez primeros. ¿Se debe todo a su trabajo físico?

Respuesta. Sí, he pasado un par de años muy duros, pero ahora estoy intentando hacer lo que hay que hacer. Tengo un hándicap, ya que físicamente nunca seré tan alto y tan fuerte como ellos, los jugadores que dominan ahora el circuito, pero estoy trabajando para dar lo mejor de mí. El objetivo es, en primer lugar, codearme con ellos en la parte alta de los torneos. Un segundo escalón, una segunda fase sería ganar.

P. Sorprende, vista desde fuera, esa necesidad suya de volver a sentirse competitivo y ese trabajo intensivo para lograrlo en un deporte en el que ha conseguido grandes logros con los que podría dedicarse tranquilamente a vivir de las rentas.

R. Pero yo lo hago, sobre todo, porque no encuentro satisfacción en el golf si no estoy metido en el ajo. Se trata de jugar para estar siempre entre los diez primeros. Para ello hay que sacrificar ciertas cosas. Y lo hago para poder estar ahí.

P. ¿Y nunca ha pensado en liarse la manta a la cabeza, abandonar la tensión, llenarse el polo de anuncios publicitarios y pensar más en el dinero que en la gloria?

R. No ha pasado por mi cabeza dedicarme a vivir de las rentas porque jugar por jugar, para quedar el 60º o pasar el corte, no me satisface. La satisfacción que da estar competitivo es incomparable.

P. ¿Eso significa también que sigue dando mucha mayor importancia a los grandes que a los demás torneos?

R. Si pones en una balanza los torneos normales y los grandes, ¿qué elegiría cualquiera? Los grandes representan mucho más y dicen mucho más. Y sigo pensando lo mismo. No es lo mismo un torneo inferior, con pocos jugadores conocidos, que uno en el que estén todas las figuras. Son torneos con más prestigio, guste o no.

P. ¿Incluso aunque muchos normales tenga ya bolsas similares a los grandes?

R. El dinero está ahí también en los torneos pequeños, sí, pero si a los grandes les quitas la recompensa económica seguiría prefiriéndolos igual.

P. En 1999 ganó su segundo Masters tras superar un grave problema físico. ¿Es comparable la resurrección que apunta este año a la de entonces?

R. No ha sido ni mucho menos tan duro el bache de juego como el problema de salud. Esto se lleva mucho mejor. Cuando el problema es de salud, ves las orejas al lobo.

P. Esta semana vuelve a Augusta, el campo en el que mejor ha expresado su arte. ¿Cree que la tercera chaqueta verde, la del ganador, le está esperando ya en el vestuario?

R. No enfoco la situación pensando en ganar la tercera chaqueta. No se puede afrontar el Masters desde ese punto de vista. Eso es ponerte encima una presión que no sirve para nada. La otra perspectiva, la buena, es prepararse, trabajar en el entrenamiento que crees más adecuado para llegar en el mejor estado de forma posible, y darlo todo. Y si coincide que con eso lo ganas, pues... mucho mejor que no ganarlo. Con esta mentalidad salí los dos años que gané. Tenía un buen juego general, aun con algunos puntos negros, pero salí a darlo todo y, de repente, estaba para ganar.

P. ¿Pero, por lo menos, siente que este año vuelve a tener el juego que le permita aspirar a ganar?

R. Me encuentro más a gusto con mi juego. En los torneos que he jugado esta temporada me he encontrado a gusto y contento y no me cabe la menor duda de que, siendo la temporada larga, si sigo así, regular, antes o después algo caerá.

P. Y después del Masters, llegará el Open Británico, un torneo que ha ganado en todas sus categorías inferiores, pero no en la absoluta. ¿Por qué?

R. En el British nunca he tenido la regularidad que he tenido en el Masters. Pero ahora no puedo pensar en cómo voy a jugar el British. Antes tengo que lograr clasificarme para ese torneo y para el Open de Estados Unidos y el Campeonato de la PGA norteamericana.

P. Si gana el Masters, ya tiene invitación segura, Y, si tiene una buena actuación, ya estará muy cerca de los 50 primeros del mundo, lo que le abriría las puertas.

R. Sí, claro; si gano el Masters, tengo abiertas las puertas de los otros tres grandes. Pero el objetivo es lograr entrar entre los 50 primeros del ránking mundial [era el 93º antes de la cita de Duluth] de ahora a junio, lo que me daría derecho a jugar los grandes y los torneos del circuito mundial.

P. Usted perdió la tarjeta del circuito norteamericano.

¿Cómo lo hace para jugar los torneos?

R. Sigo dependiendo de las invitaciones.Amedida que juego,

si consigo ganar el dinero que logró el 125º clasificado de

la lista de 2004 [623.000 dólares], ya tendré derecho a

jugar todas las semanas. [lleva embolsados 355.000 dólares].

P. A otros, como Sergio García o los surafricanos Ernie

Els y Ratief Goosen, según reveló la prensa, los pagan por

ir a jugar algunos torneos gracias a las gestiones de su agencia de representación, IMG.

R. Creo que hay una serie de torneos bien asentados y

con historia en los que la PGA norteamericana no va a permitir que se haga de una manera tan descarada como se hizo en el Doral, de Florida, pero hay otros torneos recién llegados que a toda costa y a corto plazo querrán tener a las figuras.

P. ¿No ha pensado alguna vez dejar de ser un jugador independiente, con un mánager que sólo se ocupa de usted, y

pasar a una gran cuadra, que es donde hay más dinero?

R. He querido ser libre de tomar mis propias decisiones y

esa libertad se limita cuando entras en una gran compañía.

SCIAMMARELLA

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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