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Crónica:AUTOMOVILISMO | Gran Premio de Bahrein de fórmula 1
Crónica
Texto informativo con interpretación

El heptacampéon se quedó sin cambio y sin dirección

Fue una lástima ver a Michael Schumacher salir disparado de la pista en línea recta sin tener ningún control de su Ferrari. Era la décima vuelta y allí concluyó realmente la carrera. Schumacher era el único que hasta entonces había estado a la altura de Fernando Alonso y habría resultado muy interesante ver hasta qué punto el español habría podido soportar el aliento del alemán en su cogote. Alonso había aguantado las primeras embestidas del heptacampeón mundial sin problema. Y la presión no pareció afectarle mucho. Así que la carrera habría podido ofrecer montones ingentes de emoción.

Sin embargo, a Schumacher le falló el sistema hidráulico y dio la sensación de que se había pasado de frenada o de que los frenos le habían jugado una mala pasada. Los síntomas iniciales pudieron confundir a los aficionados. Pero la verdad es que, cuando por cualquier problema se bloquea el sistema hidráulico -puede ser por pérdida de aceite hidráulico, por haber roto la bomba o por problemas en las electroválvulas-, las consecuencias son catastróficas: se cae la dirección asistida, el control de las marchas del cambio y el diferencial. O sea, el piloto se queda sin cambio y sin dirección. Por eso Schumacher salió recto. Y, aunque luego pareció que podía enderezar la situación, fue sólo un espejismo porque los daños en el coche eran muy importantes.

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También Rubens Barrichello sufrió la precipitación de hacer debutar un coche que aún planteaba incógnitas. El brasileño hizo dos malas cronometradas y tuvo que cambiar incluso el motor. Pero en plena carrera pareció haber resuelto sus problemas mecánicos y realizó una remontada espectacular hasta que sus neumáticos delanteros acusaron el esfuerzo y dijeron basta. Entonces tuvo que levantar el pie del acelerador para poder concluir la carrera en la novena posición, fuera de los puntos.

La imagen de Ferrari no salió muy bien parada de Bahrein. Es cierto que la escudería italiana pareció haber resuelto los problemas de neumáticos y que el nuevo F2005 mejoró las prestaciones del viejo F2004M permitiendo a Schumacher volver a estar arriba, luchando por la victoria. Pero el riesgo que corrieron fue excesivo. Les pasó una factura demasiado cara. Era muy arriesgado poner en circulación un coche que, a pesar de haber recorrido ya unos 5.000 kilómetros, planteaba los problemas lógicos de su juventud. Y que, además, no tenía piezas de recambio: el cambio de Barrichello hubo de llegar de Italia y tuvo al piloto sin casi pisar la pista hasta la cronometrada del sábado.

Para un equipo que viene de ganar cinco títulos mundiales consecutivos, que cuenta con todo el dinero que necesita para desarrollar sus proyectos, que tiene dos pilotos de pruebas y cuenta con la mejor infraestructura del Mundial, su situación actual no es de recibo. Tras ver los resultados de Bahrein, creo aún con más firmeza que se precipitaron al lanzar el nuevo bólido. Es muy probable que, con los nuevos neumáticos, el viejo F2004M les habría permitido concluir la carrera y lograr unos resultados bastante más ilusionantes. Sin embargo, hay un aspecto positivo: ahora conocen mucho mejor el nuevo coche y en Imola serán mucho más competitivos. O sea que estarán ya para ganar.

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