El 'no' del principal sindicato francés a la Constitución europea ahonda la división de la izquierda

La decisión de la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT), la primera y la más antigua central sindical francesa, de rechazar la Constitución europea y de unirse al campo del no en el referéndum previsto para junio, ha abierto una nueva brecha en el seno de la izquierda en Francia, cuando las heridas de la votación interna del Partido Socialista (PS)-ganada por el - todavía no parecen haberse cerrado. El Comité Confederal Nacional de la CGT ha tomado esta decisión en contra de la opinión de su secretario general Bernard Thibault, partidario de mantener la tradición...

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La decisión de la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT), la primera y la más antigua central sindical francesa, de rechazar la Constitución europea y de unirse al campo del no en el referéndum previsto para junio, ha abierto una nueva brecha en el seno de la izquierda en Francia, cuando las heridas de la votación interna del Partido Socialista (PS)-ganada por el - todavía no parecen haberse cerrado. El Comité Confederal Nacional de la CGT ha tomado esta decisión en contra de la opinión de su secretario general Bernard Thibault, partidario de mantener la tradición de no fijar ninguna consigna de voto.

La moción del no fue aprobada por 81 miembros del comité; 18 se pronunciaron por apoyar el proyecto de Constitución y 17 se abstuvieron. Thibault hizo pública inmediatamente una declaración diciendo que "desaprueba" la decisión y denuncia "las carencias en materia de democracia interna y de respeto a las reglas de vida comunes" que caracterizan las organizaciones que componen la CGT. Los argumentos que acompañan la decisión de la cúpula de la CGT reflejan una opinión extendida entre la militancia de la izquierda francesa, y que ya recogió Laurent Fabius cuando lideró la oposición al Tratado en el seno del PS.

"La CGT está en contra de la construcción europea actual, marcada por una merma de los derechos sociales en beneficio de la rentabilidad y de la competitividad, cuyas principales líneas recoge el Tratado constitucional", dice el texto aprobado por el comité, que incide también en los extendidos temores de que la Europa del siglo XXI acabe desmontando el modelo social francés, como lo demostrarían las deslocalizaciones de industrias y las desregulaciones que desmontan el sistema proteccionista. La CGT se considera responsable de "combatir la construcción liberal de Europa".

El segundo sindicato en importancia de Francia, la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) se ha pronunciado por el sí. Todos los partidos políticos con presencia parlamentaria, a excepción del Partido Comunista y el ultraderechista Frente Nacional, también apoyan el Tratado Constitucional.

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