Los sonidos que marcaron un año
De Senegal a Italia
La orquesta egipcia de Fathy Salama acompaña la extraordinaria voz de Youssou N'Dour en Egypt (Nonesuch), hermoso tributo a los sabios del sufismo senegalés, que celebra una fe ajena al fundamentalismo y la violencia. Brasileirinho (Biscoito Fino/Discmedi) recupera a la mejor Maria Bethânia, que lee a Guimarães Rosa y canta un cuidado repertorio con su voz profunda. Epifani Barbers, Marannui (Forrest Hill/Resistencia) -en una barbería aprendió a tocar la mandolina Mimmo Epifani-, nos trae la enérgica música del sur de Italia, cocinada con aires balcánicos o africanos y algo de rap.
CARLOS GALILEA
Reinventar el tango
La más deslumbrante sorpresa de 2004 proviene de Buenos Aires. La Chicana reinventó el legado de Gardel en Tango agazapado (Galileo MC), con unos arreglos en prodigioso equilibrio entre lo sofisticado y lo canalla. Las letras de Acho Estol, además ("Soy un yonqui de la tele, sin volumen a la noche..."), harían palidecer a nuestros Krahe o Sabina. La mexicano-canadiense Lhasa también trasciende fronteras en The living road (Dro), disco de cantautora errante, políglota y con voz para el puro embeleso. En cuanto al saxofonista disidente israelí Gilad Atzmon, su Musik-Rearranging the 20th century (Resistencia) merecería aparecer aquí aunque sólo fuera por su maravillosa lectura "a la turca" de Lili Marlene.
FERNANDO NEIRA
Rock 'made in USA'
Lambchop, Aw c'mon/No you c'mon (Virgin). Pese a la dificultad añadida de ser un disco doble, confirma la carrera impecable de una banda que con su country-soul ha desbaratado algunos de los tópicos más rancios sobre Nashville. Varios artistas, Por vida: a tribute to the songs of Alejandro Escovedo (Cooking vinyl/Discmedi). Reivindica la calidad como compositor de un veterano del rock de raíz estadounidense y ofrece una brillantez y una consistencia inusuales cuando hay tanta variedad de estilos entre los intérpretes. Gran elenco: John Cale, M. Ward, Calexico, Ian Hunter, Steve Earle... CocoRosie, La maison de mon rêve (Touch and Go/Green Ufos). Primer disco de una de las revelaciones del año: dos hermanas neoyorquinas que mezclan de todo (pop, folk, blues...
) con vocación acústica, trucos caseros y preciosos juegos vocales. También llama la atención el buen momento de la nouvelle chanson francesa, como prueban los últimos trabajos de Home, Dominique A o Jean-Louis Murat, entre otros.
RAMÓN PÉREZ ESCOBAR
Cohen vuelve
La gran sorpresa en el campo de la canción de autor ha sido el regreso por todo lo alto de Leonard Cohen. Tras un disco decepcionante, el cantautor canadiense ha editado una obra mayor: Dear Heather, poesía cínica y sobrecogedora. Otra leyenda, Johnny Cash, también dejó una pequeña obra maestra aunque esta vez ya como testamento: Unearthed presenta en cuatro discos la cara más descarnada y directa (casi como una bofetada) del cantante. En el campo del jazz más prospectivo, el trío Bad Plus se apuntaron otro tanto con Give, energía pura de la que rompe todo tipo de barreras: auténtico jazz para el siglo XXI.
MIQUEL JURADO
Artistas de los 60
Ya no hay reglas fiables. Ocurre que artistas surgidos en los años sesenta sacan ahora sus discos más satisfactorios. Nancy Sinatra (Sanctuary/PIAS) muestra a la hija-de-Frank adaptando su personaje a un cancionero firmado por criaturas del rock alternativo. Cavernícolas como Z. Z. Top rompen la baraja y desarrollan en Mexcalero (RCA) un estruendo feroz que deja temblando a esos novísimos que hablan de mezclar blues y electrónica. True love (V2), otra vuelta de tuerca sobre la fórmula de "figura legendaria + admiradores famosos", revela la imperecedera energía del jamaicano Toots Hibbert. Para expresiones más frescas, urge buscar por Francia: de L'amour parfait, de Cali, a Sibérie, de Manu Chao. O exprimir el hip-hop más ambicioso, como Street's disciple, de Nas.
DIEGO A. MANRIQUE
