Valle-Inclán a escena
Es para leer", se dijo durante mucho tiempo de buena parte del teatro de Ramón del Valle-Inclán, y especialmente de sus Comedias bárbaras, debido a sus acotaciones, tan plásticas y exigentes. El autor, desencantado con el modo en que se le había llevado a escena, contribuyó al tópico con afirmaciones como éstas, extraídas de una carta al director de La Voz: "Me pide usted que tome parte en una encuesta, y lo haría con la mejor voluntad si fuera autor dramático. Sin duda me ha colocado usted en ese número por haber escrito algunas obras en diálogo. Pero observe que las he publicado siempre con acotaciones que bastasen a explicarlas por la lectura, sin intervención de histriones. Si alguna de estas obras ha sido representada, he dado al caso tan poca importancia que en ningún momento he creído que debía hacer memoria del lamentable accidente (...) Me declaro, pues, completamente ajeno al teatro y a sus afanes, sus medros y sus glorias".
Es una salida estupenda. La carta data de 1927, cuando Valle-Inclán estaba de vuelta del teatro: ese año publicó Las galas del difunto, y no volvió a escribir para la escena. Había estrenado poco y con éxito escaso. Águila de blasón (1907), primera de sus Comedias bárbaras, se montó de inmediato. Romance de lobos, fechada un año después, hubo de esperar hasta 1970, cuando José Luis Alonso vistió a José Bódalo con las ropas feudales de don Juan Manuel Montenegro. Para entonces, la crítica había comenzado a poner en valor la teatralidad de estas obras. José Carlos Plaza fue el primero en montar la trilogía, en el Centro Dramático Nacional. Después lo hizo Jorge Lavelli, en Aviñón. El Gate Theatre, de Londres, programó un díptico con Cara de Plata y Romance de lobos, y Calixto Bieito, en Edimburgo, presentó las tres en 2000. La última intentona, fue la refundición del equipo de Bigas Luna, en Valencia. Este año nuevo trae dos montajes sucesivos: Cara de Plata se estrena el 13 de enero en el Centro Dramático Nacional, y Romance de lobos, a finales de marzo, en el Teatro Español, de Madrid. Ramon Simó y Ángel Facio, sus directores, comentan cómo ven las piezas y cuáles son las líneas maestras de sus respectivos montajes.
Simó (Tarragona, 1961) quie
re hacer una lectura a fondo de la obra y dejar a un lado los problemas que plantean las acotaciones. "Lo importante es desentrañar los conflictos de amor y de poder, y convertir la palabra en acción", dice. "Las acotaciones son muy útiles como sugerencias para establecer la atmósfera y el ritmo de las escenas, y la vitalidad fiera de los personajes. Pero no las seguimos literalmente. No habrá animales en escena. Hemos tenido que escoger: o los protagonistas van a caballo, como propone el autor, o dicen bien el texto". Facio (Madrid, 1938) recuerda una pieza de Benavente, dirigida por Miguel Narros, en la que, dice, el público estaba más pendiente de los bandazos del caballo, deslumbrado por los focos, que de lo que hacían los actores. En su opinión, los grandes problemas que las Comedias bárbaras plantean son la discontinuidad del espacio dramático, la descompensación entre el tamaño de las escenas y el elevado número de transiciones: "En Romance de lobos, Valle-Inclán expone el drama de la aristocracia agraria, clase abocada a su desaparición. Ése es el gran tema de la trilogía. Don Juan Manuel Montenegro es un señor feudal con muchos hijos naturales, un caballero de daga y cuchillo que se hace su propia justicia. Pero es generoso y coherente con sus decisiones. Sus hijos legítimos, en cambio, son gentuza: carecen de compromiso y están ya fuera de la Historia".
A Simó, director de Cara de Plata, Montenegro le parece un tirano simpático: "Hay que situarlo en un plano de ambigüedad absoluta. Tiene que generar en el público amor y odio. Pero Cara de Plata, el único bueno de entre sus hijos, debe despertar simpatía. Ésta es una obra de iniciación. Como Despertar de primavera, de Wedekind. Su joven protagonista se enfrenta a una situación múltiple, que le permitirá evolucionar: se enamora de una niña y de una prostituta, compara su experiencia con el ideario de su padre y se ve obligado a escoger entre seguir su ejemplo y cortar de raíz con él".
Cara de Plata. Madrid. Teatro María Guerrero. Del 13 de enero al 20 de febrero de 2005. Romance de lobos. Teatro Español. Desde el 26 de marzo de 2005.

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