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Reportaje:

Ingenieros en el tajo

Eptisa se renueva para estar más cerca del cliente

La primera empresa de ingeniería civil en España se acerca a sus bodas de oro con un reajuste de su estructura empresarial y la inauguración de la mayor obra pública de los últimos años en en Mauritania con un coste de 36 millones de euros.

Al socaire del desembarco norteamericano en la economía española a mediados de los cincuenta nacieron un importante numero de empresas para dar cuerpo al incipiente desarrollo industrial. Una de ellas, Eptisa, perteneciente al Grupo EP, se ha convertido en la mayor ingeniería civil española con más de 1.300 empleados y una facturación en torno a los 100 millones de euros.

En la actualidad, más de la mitad de los concursos para la construcción de obras civiles están convocados por empresas privadas
En 1995, ocho directivos compraron la empresa al Banco Central Hispano. Hoy son 180 los socios propietarios al 50% con la holandesa Arcadis

Durante varias décadas ha mantenido una estructura dispersa que finalmente se ha decidido a cambiar con la integración de todas la ingenierías del grupo "para estar más cerca del cliente y poder ofrecerle al mismo tiempo todos los servicios de manera global", según el consejero delegado de Grupo EP, Luis Vilarroya.

Hasta no hace mucho tiempo, las empresas de ingeniería españolas vivian prácticamente del Boletín Oficial del Estado, de los concursos de la Administración pública. Hoy, más del 50% de las contrataciones provienen de empresas privadas "y lo primero que te piden es el balance de tu empresa", señala Vilarroya. Además, hay que aportar valor añadido, lo que en muchos casos se traduce en que "tienes que invertir con el cliente en el proyecto, te conviertes en socio financiero del mismo".

En 1995 pertenecía al Banco Central Hispano, que se ve obligado a vender parte de su paquete industrial por instrucciones del Banco de España. Un grupo de directivos -ocho- negocian con el banco la compra de las acciones -Management Buy Out- y crean la sociedad Maya, que adquiere el Grupo EP al 50% con una sociedad holandesa de ingeniería, Arcadis. Los acuerdos estatutarios permiten mantener el control de la misma en manos españolas.

Se subieron entonces al carro de las infraestructuras públicas desarrolladas en España con el empuje de los fondos europeos y no se han bajado todavía. El resto de las claves de su crecimiento está, según Vilarroya, en la aplicación de una "política conservadora de financiación, el mantenimiento de una gestión propia y la reconversión continua de la compañía". A lo que hay que añadir, según el consejero delegado de Eptisa, Felipa García, "la motivación" de los socios titulares, que se han incrementado hasta un total de 180, "sin cuya participación no hubiera sido posible este crecimiento".

De sus oficinas han salido proyectos como las Torres Kio o el Kursaal de San Sebastian, pero han llegado a montar el Ministerio del Medio Ambiente de Rumania o propiciar la integración de guerrileros del SWAPO con formación, respaldo psicológico, cooperativas...

Hoy miran con recelo las negociaciones actuales para el reparto de los fondos a partir de 2007 mientras se preparan con la incorporación de nuevas áreas como las tecnologías de la información o actividades sociosanitarias.

El metro de Madrid es una de las obras civiles en las que participa Eptisa.
El metro de Madrid es una de las obras civiles en las que participa Eptisa.

Una pica en Nouackchott

La unión temporal de empresas -UTE- Eidra, gerenciada por Eptisa, acaba de inaugurar en la capital de Mauritania las instalaciones que ha entregado llave en mano con capacidad para el almacenamiento de 60.000 metros cúbicos de productos derivados del petróleo. Se trata de la mayor obra pública realizada en este país durante los últimos años y la inauguración ha contado con la presencia del presidente de la República y del Gobierno mauritano acompañado del cuerpo diplomático acreditado.

El coste del proyecto -36 millones de dólares- ha sido financiado por el Gobierno español al Ministerio de Hidráulica y Energía mauritano y ha sobrevivido a tres ministros y un golpe de Estado, gracias entre otras cosas al "haber sido capaces de adaptarse a la mentalidad de aquel país", según el consejero delegado de Eptisa, Felipe García.

El proyecto, en el que se incluye la formación del personal y el apoyo logístico durante todas sus fases, cuenta con un fondeadero en la ensenada de Port de l'Amitie con capacidad para acoger buques de hasta 15.000 toneladas de peso muerto, así como canalizaciones para el transporte de productos petrolíferos y gas a las instalaciones de Somagaz y la Société Mauritaniennne d'Entreposage de Produits Petroliers.

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