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CRISIS EN UCRANIA

Los colaboradores de Yúshenko piden a la UE que acelere la asociación con Ucrania

El ex ministro de Exteriores Borís Tarasiuk propone que la OSCE organice las nuevas elecciones

Pilar Bonet

Europa debe revisar su política respecto a Ucrania y ofrecerle una perspectiva de futuro, si este país celebra unas nuevas elecciones democráticas, según el jefe del Comité de Integración Europea del Parlamento de Ucrania y ex ministro de Exteriores, Borís Tarasiuk, que es también un estrecho colaborador de Víktor Yúshenko. La política de nueva vecindad que la UE ampliada practica con los Estados que le son fronterizos no debe convertirse en un pretexto para "esquivar" a Kiev, opina este político, que podría dirigir la diplomacia de su país en caso de que el líder de la oposición llegue al poder.

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Tarasiuk afirma que la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) debería encargarse de organizar nuevos comicios de acuerdo con el modelo empleado en Bosnia-Herzegovina. Se trata de adoptar un esquema de control electoral "cualitativa y cuantitativamente diferente" y "más severo" que el adoptado en las dos vueltas de los comicios presidenciales. En la práctica, supondría que la OSCE estaría presente en todos los colegios del país y se haría cargo de la logística electoral. La tarea desborda con mucho las posibilidades actuales de la OSCE, señalaron medios próximos a esta organización, habida cuenta de que Ucrania tiene más de 33.000 colegios electorales para sus casi 38 millones de votantes.

"Si se rechazan los resultados falsificados y se crean condiciones para evitar el fraude en una nueva votación democrática y limpia, esto será una señal para que la UE revise conceptualmente sus relaciones con Ucrania. La vuelta de Ucrania a la democracia debe abrir una perspectiva para comenzar negociaciones que conduzcan a un acuerdo de asociación", señala Tarasiuk.

"La política de nueva vecindad de la UE puede verse como una respuesta a medias para no hablar de la integración. Una Ucrania democrática y con una economía transparente debe recibir una señal para firmar un acuerdo de asociación como primer paso para ser miembro de la UE", señala Tarasiuk, y sentencia: "Aceptamos la política de nueva vecindad como camino para preparar el acuerdo de asociación, y la rechazamos si de lo que se trata es de congelar el estado actual de las relaciones entre Ucrania y la UE".

Tras la segunda vuelta electoral del 21 de noviembre, los partidarios de Yúshenko iniciaron una activa diplomacia internacional. Tarasiuk viajó a Varsovia, donde se entrevistó con el presidente de Polonia, Alekxander Kwasniewski, y luego, a Bulgaria. El diplomático prefiere no dar detalles de sus conversaciones y se limita a afirmar que "Kwasniewski tuvo el papel clave en la mediación internacional".

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Al comenzar la tensa semana que ha seguido a las elecciones, en Bruselas y en algunas capitales europeas se tenían serias dudas sobre cuál era la forma más efectiva de actuar, señalan fuentes informadas. Algunos líderes europeos temían que su presencia en Kiev fuera vista como una injerencia y ser contraproducente. Sin embargo, tras el compás de espera inicial, el temor a convertirse en "parte del problema" fue sustituido por la esperanza de ser "parte de la solución". Movidos por esta idea, el presidente polaco, el responsable de la Política Exterior europea, Javier Solana, y el presidente de Lituania y el secretario general de la OSCE "se lanzaron al agua" y aparecieron en Kiev el viernes pasado, señalan medios diplomáticos europeos.

Apoyo de Polonia

Polonia sigue siendo la gran abogada de Ucrania en la UE. Tarasiuk asegura tener "grandes esperanzas" en el "papel activo y constructivo de los nuevos miembros de la UE, en sus Parlamentos y en sus Ejecutivos". Los países de la UE efectivamente están divididos en su política respecto a Kiev. Francia es percibida como la cabeza de fila de los que han trazado ya una línea divisoria europea, que deja a Ucrania fuera. Durante un tiempo, Alemania hizo causa común con esta posición, aunque ahora es percibida como más receptiva a Ucrania y más cercana a Polonia.

En el marco de la política de nueva vecindad, la UE y Ucrania han confeccionado un modesto plan de acción que ni siquiera ha sido aprobado aún. Sobre el terreno hay otros actores en juego, como Rusia, preocupada por la posibilidad de tener a un vecino hostil, y EE UU, que contribuye con enormes recursos financieros al desarrollo de la sociedad civil en Ucrania, algo que es percibido con suspicacia por Moscú. Tarasiuk dice haberse sorprendido de que Rusia estuviera en la mediación del pasado viernes. "Si estaba Rusia, ¿por qué no estaba EE UU?", se pregunta el político, que es considerado proamericano por Moscú.

El presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski (derecha), y Borís Tarasiuk, el jueves en Varsovia.
El presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski (derecha), y Borís Tarasiuk, el jueves en Varsovia.EFE

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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