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La OMS alerta sobre la falta de medicamentos contra la malaria en todo el mundo

La falta de medicamentos durante los próximos meses puede hacer retroceder los avances conseguidos en la lucha contra la malaria, según ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS). Desde hace cinco años los médicos contaban con un nuevo fármaco, la artemisinina, derivado de una planta -la artemisa- que se cultiva sobre todo en el sureste asiático, que estaba permitiendo tratar la infección en 40 países aun en casos en los que la enfermedad se había hecho resistente a los medicamentos tradicionales. Pero la multinacional suiza Novartis, que fabrica el único compuesto de artemisinina utilizado por la OMS, ha manifestado que no podrá satisfacer la demanda, según la organización sanitaria de la ONU. El desabastecimiento durará hasta marzo de 2005, cuando se pueda recoger y procesar una nueva cosecha de artemisa.

El éxito de la llamada terapia combinada contra la malaria con artemisinina (ATC en sus siglas en inglés) ha sido tal que la OMS ha pasado de repartir 220.000 dosis en 2001 a necesitar 10 millones en 2004. Para el año que viene la organización ha calculado que las necesidades serán de 60 millones. La malaria forma, junto con la tuberculosis y el sida, el trío de enfermedades infecciosas más devastadoras para los países pobres.

Un millón de muertes

Se calcula que en el mundo se producen entre 300 y 500 millones de casos, sobre todo en África ecuatorial y subtropical, América central y sureste asiático. Los niños son especialmente vulnerables. La infección es la causa del 20% de las muertes de menores africanos. En todo el mundo produce el fallecimiento de más de un millón de personas anuales, según la OMS, de los que tres cuartas partes tienen menos de cinco años.

La enfermedad la provoca un microorganismo llamado Plasmodium falciparum, que tiene un ciclo combinado en el que necesita fases dentro del mosquito y en el cuerpo humano. Además de fiebre y otros síntomas típicos de una infección, produce un descenso de peso en los recién nacidos, epilepsia, retraso en el aprendizaje y anemia en los niños.

El descubrimiento de la artemisinina revolucionó el tratamiento contra la malaria. En muchas zonas, sobre todo de África, el plasmodio, que se transmite mediante la picadura del mosquito anofeles hembra, se había hecho resistente a los medicamentos conocidos. Por eso desde 2001 más de 40 países, la mitad de ellos africanos, adoptaron las combinaciones de artemisinina como terapia de primera línea. Otros 14 se incorporaron a esta política sólo en el último año, de acuerdo con los datos de la OMS. El organismo sanitario les ha recomendado que vuelvan a terapias anteriores. De ellas, la quinina es la que da mejores resultados, aunque es más complicada de suministrar.

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