El Rialto cambia de escenario para el primer Wesker
Sopa de pollastre amb ordi (Sopa de pollo con cebada), que se representa en el Rialto, de Valencia, desde hoy y hasta el 12 de diciembre en valenciano (del 14 de diciembre al 9 de enero, en castellano), con dirección de Carme Portaceli, es la primera parte de una amplia trilogía que Arnold Wesker dedicó a los problemas de la clase obrera en la Inglaterra de los años cincuenta. Junto con Raíces y Estoy hablando de Jerusalén, sigue la estela de los llamados jóvenes airados, la generación de John Osborne o Harold Pinter, que trataba de introducir en el teatro una versión más realista de los problemas cotidianos.
Esta crónica de la desintegración de una familia comunista judía a cuenta de sus propias contradicciones se desarrolla entre 1936 y 1956, un periodo especialmente conflictivo en Europa, y se presenta en el Rialto como producción de Teatres de la Generalitat con un reparto en el que figuran, entre otros, Enric Benavent, Toni Misó, Manolo Ochoa y Lola Moltó. Se ha ubicado el escenario en el centro de la sala con el fin de acercar lo más posible al público a la obra y romper con la "burguesa" concepción del teatro a la italiana, en palabras de Portaceli. De hecho, es la primera vez que se trastoca el patio de butacas y el escenario del Rialto. Para esta obra tendrá un aforo de 230 butacas.
La versión es de la propia Portaceli, con J. V. Martínez Luciano y Toni Lluch, y cuenta con la iluminación y escenografía de Paco Azorín y el espacio sonoro de Pep Llopis. Según el propio autor, la obra se centra en el desgaste originado por cuestiones como la opción entre el socialismo radical o la política socialdemócrata y la apatía social en las sociedades industriales avanzadas.