La otra ciudad que nunca duerme
SANDRO POZZI | Nueva York
El metro de Nueva York es un universo extraordinariamente diverso en el que conviven a diario 4,5 millones de ciudadanos. No hay divisiones raciales, ni religiosas o étnicas. Tampoco diferencias sociales, políticas o sexuales entre blancos, negros, asiáticos o nativos gringos. En sus vagones y andenes se pueden llegar a escuchar más de 120 lenguas diferentes.