Análisis:FÚTBOL | Octava jornada de Liga

Vestido de Milan

El Barcelona se puso la zamarra del Milan y se levantó del diván en el que se había tumbado a su regreso de San Siro. No hay club que se ausculte más que el azulgrana. Dos goles en los tres últimos partidos y la derrota del miércoles le llevaron a interrogarse por los centros de Belletti, la forma de Ronaldinho, la calidad de Eto'o y por la utilidad de su juego. Tanto el presidente como el entrenador coincidieron en pedir a los futbolistas que fueran menos virtuosos y más efectivos. Rijkaard llegó a practicar los centros y tiros a puerta con los delanteros en los últimos entrenamientos. El res...

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El Barcelona se puso la zamarra del Milan y se levantó del diván en el que se había tumbado a su regreso de San Siro. No hay club que se ausculte más que el azulgrana. Dos goles en los tres últimos partidos y la derrota del miércoles le llevaron a interrogarse por los centros de Belletti, la forma de Ronaldinho, la calidad de Eto'o y por la utilidad de su juego. Tanto el presidente como el entrenador coincidieron en pedir a los futbolistas que fueran menos virtuosos y más efectivos. Rijkaard llegó a practicar los centros y tiros a puerta con los delanteros en los últimos entrenamientos. El resultado fue óptimo. Eto'o marcó en una jugada repetida en los ensayos: remató de primera el servicio desde la izquierda de Ronaldinho. Desequilibrado el partido, un error del árbitro ayudó a cerrarlo y Eto´o repicó en el último minuto.

El Barça ganó pegada a cambio de perder juego. Jugó como el Milan y Osasuna ejerció de Barcelona. Aunque los goles digan lo contrario, los azulgrana se mostraron confundidos y superados en el primer acto para después exhibirse en el último tramo, momento que ni pintado para que Messi debutara en el Camp Nou en un partido oficial.

A la espera de la Copa, la victoria de ayer y la clasificación invitan ahora al barcelonismo a serenarse más que a presionarse. El equipo ha perdido frescura respecto al comienzo entre otras cosas porque pasan las jornadas y siempre juegan los mismos. No hay más. No es casualidad, sin embargo, que se reencontrara con el gol a partir de una mejor organización ofensiva. La reaparición de Giuly y el regreso de Ronaldinho al flanco izquierdo, para suerte de Eto'o, ayudó a centrar a un equipo que es el máximo goleador y el mínimo goleadoy cuenta con el pichichi.

De la victoria de ayer y de la derrota de Milan se puede concluir que el Barça no necesita de su mejor juego para ganar en la Liga y en cambio no puede permitirse una concesión ante el Milan en la Champions. En un año en que se exigen títulos más que victorias bonitas, triunfos como el de ayer son sobre todo sedantes. Se puede discutir cómo atacar mientras se siga defendiendo como hasta el momento.

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