Jettu dice que "nunca las relaciones de España y Marruecos estuvieron tan llenas de promesas"

El buen clima entre Madrid y Rabat recibió ayer un impulso sin precedentes en el VI Foro de Formentor, cuando el primer ministro de Marruecos, Driss Jettu, trazó un panorama absolutamente optimista de los contactos entre las dos capitales y concluyó: "Nunca las relaciones entre España y Marruecos estuvieron tan llenas de promesas como hoy". Paralelamente, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, anunció que el próximo martes viajará a Tánger y será recibido, el miércoles, por el rey Mohamed VI. Moratinos ya estuvo en Marruecos en mayo y agosto pasados.

El debate euro-mediterráneo que se celebra anualmente en Mallorca fue, así, testigo de la prolongada luna de miel hispano-marroquí, como se esperaba, a pesar de que la ausencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de visita en Galicia, dejó fuera del cuadro al principal protagonista. Jettu mantuvo, sin embargo, la cita con un foro que le permitió hacer proclamas como ésta: "Marruecos optó desde sus orígenes como Estado por la negociación, por la renuncia al uso de la fuerza, por los derechos humanos, la liberad económica y la democracia".

El primer ministro proyectó esa opción al momento actual, con la afirmación del "compromiso total" de Mohamed VI con "la transformación social" de Marruecos, y destacó el valor de las reformas introducidas en el derecho de familia -para "devolver la legalidad a la mujer", dijo-, en el sistema judicial y en el sistema económico, mediante "la liberalización de sectores claves de la economía".

Estos cambios fueron presentados por Jettu como el resultado del esfuerzo marroquí para beneficiarse de la nueva política de la UE, que ofrece a los países vecinos "todo menos las instituciones", según expresión del presidente de la Comisión, Romano Prodi. Esa vía de integración política y económica, abierta a quienes por su posición geográfica no pueden aspirar a la condición de miembros de Europa, quedará expedita a Marruecos el próximo mes de diciembre, cuando firme su Plan de Acción, según informó en el foro Benita Ferrero, ministra austriaca de Exteriores y próxima comisaria europea de Asuntos Exteriores.

Moratinos destacó que la política de vecindad tiene que implicar un proyecto político común de compartir valores como la democracia y los derechos humanos. Su colega marroquí, Mohamed Benaissa, reconoció que un marco formal de vecindad europea puede favorecer la resolución de problemas entre países fronterizos, como Marruecos y España, pero aseguró que las periódicas tensiones hispano-marroquíes no son producto de intereses concretos, como las disputas territoriales o los desacuerdos pesqueros, sino de incomprensiones históricas seculares. Benaissa propuso que lo primero que hay que hacer es revisar los textos que los niños españoles y marroquíes estudian en las escuelas.

Jettu sí se refirió en cambio a problemas concretos. Dijo en una rueda de prensa que "Marruecos asume todas sus responsabilidades en materia de emigración, para que sus fronteras sean cada vez más estancas" y afirmó, a diferencia de Argelia, que apoya "especialmente" la iniciativa española para buscar una solución consensuada en el conflicto del Sáhara. Cuando se le preguntó si desmiente las acusaciones de algunos medios sobre la posible implicación de su país en el 11-M, Jettu respondió: "No sólo España ha sufrido los atentados que lamentamos. También los padeció Marruecos . Yo soy muy optimista, y para mí las relaciones hispano-marroquíes son ejemplares. Prefiero ver en España al segundo socio comercial de Marruecos, con un saldo anual de más de 3.000 millones de euros; al primer inversor extranjero, con un censo de más de 1.000 empresas parcial o totalmente españolas. Y queda todavía un enorme potencial por desarrollar, incluso en temas en los que nuestras economías son competitivas". De todo esto hablará Moratinos en Tánger la próxima semana. El próximo día 26 temas similares, como el del Sáhara, serán debatidos en Madrid por el ministro con su homólogo argelino, según anunció anoche Exteriores.