Chávez garantiza el suministro de crudo a EE UU si gana el referéndum de mañana

El presidente venezolano alerta del peligro de conflictos en la empresa estatal de petróleos

Hugo Chávez, presidente de Venezuela, quinto exportador mundial de petróleo, con cerca de tres millones de barriles diarios de producción, no descartó que los 13.000 empleados y oficialistas de Petróleos de Venezuela (PVDSA) se nieguen a entregar el control de la gigantesca empresa estatal a la dirección nombrada por un eventual Gobierno de la oposición si pierde el referéndum revocatorio de mañana. Venezuela poco puede hacer, según agregó en una conferencia de prensa, para rebajar el precio del crudo.

Chávez achacó que el precio del barril se esté aproximando a los 45 dólares en los me...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hugo Chávez, presidente de Venezuela, quinto exportador mundial de petróleo, con cerca de tres millones de barriles diarios de producción, no descartó que los 13.000 empleados y oficialistas de Petróleos de Venezuela (PVDSA) se nieguen a entregar el control de la gigantesca empresa estatal a la dirección nombrada por un eventual Gobierno de la oposición si pierde el referéndum revocatorio de mañana. Venezuela poco puede hacer, según agregó en una conferencia de prensa, para rebajar el precio del crudo.

Chávez achacó que el precio del barril se esté aproximando a los 45 dólares en los mercados internacionales a la ocupación norteamericana de Irak y a los sabotajes contra sus oleoductos. "Fuimos de los primeros Gobiernos que alertaron al mundo sobre una de las principales consecuencias de la guerra de Irak: el incremento de precios del petróleo", subrayó Chávez, quien garantizó a su principal adversario político, el Gobierno de Estados Unidos, el suministro de sus 1,4 millones de barriles diarios, poco más del 17% de los hidrocarburos que consume.

Los resultados del referéndum revocatorio de mañana obsesionan a la mayoría de los 25 millones de venezolanos y preocupan a los gobiernos extranjeros, que aún recuerdan la temporal interrupción de las exportaciones venezolanas causada por la huelga general de diciembre de 2002 y enero de 2003 contra el Gobierno de Chávez.

El pesimismo teme paros o disturbios que afecten al funcionamiento de la empresa estatal Petróleos de Venezuela, limiten la oferta de crudo o presionen al alza sobre sus precios. "Hay una real preocupación de que se registren eventuales huelgas u otros movimientos sociales", según Keith Pascall, operador de GNI-Man Financial.

Complacido, Hugo Chávez leyó en su conferencia de prensa del jueves informes de analistas de Wall Street que anticipan convulsiones y subida de precios en el mercado petrolero si es derrotado mañana y debe dejar el cargo. "¡Se acostumbraron a mí!", bromeó el gobernante, izquierdista y populista en sus políticas sociales, pero ortodoxo en sus compromisos exportadores y en el pago de la deuda externa.

"Nuestro triunfo es el único garante del suministro petrolero a Estados Unidos y otros mercados". Portavoces del frente antigubernamental subrayan que es "totalmente falsa" esa aseveración porque el monopolio público respondería a las instrucciones de un nuevo Ejecutivo. Pero el gobernante insinuó que no será así. Si la oposición triunfa en la consulta y después consigue formar Gobierno "se le escaparía de las manos" el control de PVDSA, de la que fueron despedidos los 18.000 empleados que participaron en el paro de hace 19 meses, cuya inmediata readmisión anunciaron portavoces del frente contra Chávez si llegan al poder.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La plantilla del grupo público se ha reducido a 13.000 trabajadores, de probada y activa lealtad al Gobierno, nada dispuestos a entregar la empresa a una directiva de la oposición, que prometió mantenerlos en el puesto para tranquilizarles. Durante la campaña, PVDSA publicó páginas de propaganda de apoyo a la ratificación del presidente. "¿Cree alguien que los miles y miles de trabajadores dignos que se echaron al hombro esa empresa nuestra y la salvaron [durante la huelga del año 2002-2003] van a aceptar una directiva como ésa? ¡Ellos sí pararían la empresa, estoy seguro!", anticipó Chávez durante su reunión con la prensa nacional y extranjera.

La oposición, según su amedrentador pronóstico, tampoco podría controlar a las Fuerzas Armadas, cuyo generalato no secundó ninguno de los llamamientos a la insurrección contra el ex teniente coronel, en la presidencia desde el año 1999. Los principales jefes del Ejército reinstalaron en el poder a Chávez 47 horas después del golpe del 12 de abril del año 2002, consumado por un grupo de civiles y generales sin mando en unidades de combate.

La Administración norteamericana, escaldada por el fiasco de las 47 horas de presidencia de facto del empresario Pedro Carmona, bajó el tono en su apoyo a la oposición, público e irrestricto en las fechas previas al golpe de hace dos años. Le interesa, fundamentalmente, el puntual suministro de petróleo.

Ahora Estados Unidos "pide que contribuyamos [a bajar los precios], que hagamos algo. ¿Qué más podemos hacer nosotros?", se preguntó Chávez. "Casi nada", le respondió su ministro de Energía, Rafael Ramírez.

Dos guardias custodian la sede de la Junta Electoral Central en Caracas.REUTERS

Un resultado incierto

Las casas encuestadoras, polarizadas como la propia sociedad venezolana, difieren sobre el resultado del referéndum que mañana decidirá si el presidente venezolano, Hugo Chávez, debe abandonar el cargo o lo retiene hasta enero del año 2007. Casi todas arriman el ascua a su sardina y son poco fiables: aquéllas contratadas por la oposición anticipan su triunfo y las contratadas por el Gobierno hacen lo propio.

El resultado es incierto, pero el Gobierno repunta y parecen haber aumentado los electores dispuestos a refrendar a Chávez, según coinciden las empresas demoscópicas más serias.

Las masivas obras sociales en beneficio de los más pobres, mayoría en el padrón, fructificaron. Las denominadas "misiones", financiadas por los ingresos petroleros, venden alimentos baratos y brindan educación, salud, viviendas y créditos preferentes.

El censo electoral pasó de 10 millones de personas, en el año 2000, a los 14 millones que lo forman actualmente: cuatro millones de jóvenes en edad legal, la mayoría, y también adultos beneficiados por la asistencia oficial que no aparecían en el padrón y fueron censados por el Gobierno. La oposición confía el voto oculto, los indecisos, y demostró su gran capacidad de movilización: cientos de miles de personas inundaron la tarde del jueves la principal avenida de circunvalación de Caracas.

Para sacar a Hugo Chávez de la presidencia necesita más de 3,7 millones de votos por el sí, que no sean superados en número por el no, y una participación superior al 25% de los 14 millones de electores.

Archivado En