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Miles de empleados sin convenio pierden el 10% de poder adquisitivo

222.000 familias sufrirán el IPC y los tipos de interés sin revisión salarial

Si la economía de las familias vascas ya estaba un tanto estrangulada por el precio de la vivienda a la que dedican el 86,6% de su renta bruta disponible, la previsible subida de un 0,25% de los tipos de interés hasta diciembre, y la escalada del IPC empujado por el coste del petróleo, pueden complicarles aun más la situación, sobre todo a las que este año se van a quedar sin subida salarial por no haber firmado convenios laborales. De momento son 222.586 trabajadores los que están en esa situación. Los del metal en Guipúzcoa van a por su segundo año sin renovarlo.

El problema del estancamiento de la negociación colectiva afecta, a fecha de 19 de julio al 20,07% de los trabajadores que dependen de convenios de empresa, 32.666 empleados, y al 55,66% de los que dependen de convenios sectoriales, es decir 190.190 empleados. En total se trata del 44% de los trabajadores vascos que dependen de convenios de empresa y sectoriales no nacionales, 222.856 empleados de los 504.486 afectados, según datos de UGT a fecha 19 de julio.

Se trata de un amplísimo colectivo que no ha renovado sus condiciones de trabajo y por lo tanto no va a actualizar sus salarios ni siquiera a la subida del coste de los precios -3,6% en julio y hacia arriba por la alocada escalada del petróleo-, y además van a tener que pagar más por sus créditos ya que los tipos han subido este año 0,39 puntos y podrían subir otros 0,25 puntos.

Partiendo de la base de que el salario medio por trabajador y mes se situó en Euskadi en el primer trimestre del año en 1.661,66 euros, la segunda comunidad autónoma tras Madrid, según datos de Instituto Nacional de Empleo, los costes extra de 2004 están ya en el 8% de media y podrían llegar al 10%. Los analistas consultados consideran difícil hacer el cálculo neto del gasto extra que suponen los dos factores anteriores, pero coinciden en que en una situación de crecimiento de la economía, del empleo, y por lo tanto de revisiones salariales -el pasado año los salarios subieron un 4,1% en los convenios firmados- el incremento de gastos queda más o menos absorbido.

El problema es cuando las condiciones laborales se estancan, los costes suben, y el margen de maniobra de las familias vascas, excepcionalmente endeudadas por los elevados precios de la vivienda, hasta el 86,6% de su renta bruta disponible, es mínimo.

Los créditos han subido un 0,39 a lo largo de 2004, y aún podrían subir otros 0,25, según las previsiones de los bancos y cajas de ahorro. Eso traducido a dinero supone que los titulares de una hipoteca de 120.000 euros a 20 años ya están pagando una subida de unos 23 euros en su cuota mensual, y a esa cantidad en diciembre podrían añadirle otros 18 si se confirma la subida, es decir 41 euros totales. Pero es que en Euskadi las hipotecas medias se pasan hasta los 133.000 euros, y las últimas que se están concediendo son a 35 años, con lo cual las subidas del Euribor pueden estar afectando ya en torno a unos 60 euros que podrían irse a los 90 a final de año.

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Las previsiones de las cajas es que a lo largo de 2005, ante la previsión de reactivación de la economía, los tipos suban un nuevo punto entero como máximo. En ese caso estaríamos hablando de unos 100 euros adicionales mes.

A ese gasto real que van a tener que afrontar las familias vascas hay que sumar el de la subida de los precios, que tenía una estimación media para 2004 del 3%, pero en un escenario de precio del barril de petróleo de 35 dólares. Ayer, el precio se disparó y ya estaba en los 41,35 dólares.

El mal negocio de quedarse sin convenio

Uno de los errores más extendidos es el de pensar que las empresas automáticamente suben a los trabajadores a principios de año el IPC correspondiente al año anterior. Eso sólo sucede si está firmado en el convenio, en caso contrario la subida queda a discreción de las patronales que suelen hacer una recomendación a sus empresas para que suban un tanto por ciento que puede o no corresponder con la inflación. Las empresas pueden o no hacerles caso, no tienen ninguna obligación, pero desde luego lo que no hacen es aplicar una cláusula de garantía salarial, es decir si el IPC excede a final de año del porcentaje que suban, no abonan al trabajador la diferencia.

Para 2004 la previsión inicial de la inflación era del 2%, la media anual va sin embargo por el 3,1% y la escalada de los precios del crudo puede complicar aún más las cosas. Es decir, quien no tenga una subida salarial de más del 3,1%, o cláusula de revisión está perdiendo dinero. Quien no tenga convenio está haciendo un mal negocio. En esto no hay diferencias de opinión entre los sindicatos vascos. Sí las hay en cuanto a la estrategia de negociación y en cuanto al ámbito.

Para la secretaria general de la federación del Metal de Euskadi, Ester Malpartida, "los trabajadores no pueden permitir que ELA, el sindicato mayoritario, tras una huelga unitaria de ELA, UGT, CC OO y LAB, anuncie que va a apostar por una negociación de convenios por empresas y no para el sector. Es una irresponsabilidad, porque deja a miles de trabajadores sin renovar su convenio". Lo mismo piensan desde CC OO. Un portavoz de ELA asegura que el sindicato dispone de "mecanismos" para equilibrar esa situación.

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