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Reportaje:

Se acaba la pesadilla de Endesa en Chile

El grupo español va a inaugurar, tras ocho años de litigios con los indios, la central de Ralco

El grupo español inaugura este mes la central eléctrica Ralco en la zona sur de Chile. Un proyecto de 600 millones de dólares que concluye tras ocho años de intensos litigios y enfrentamientos con ecologistas y grupos indígenas, que costaron más de doce millones de dólares adicionales a la empresa. La planta aportará un 9% de la generación energética del país suramericano, un balón de oxígeno para la crisis energética chilena.

La entrada en funcionamiento de Ralco va a incrementar el resultado bruto de explotación de Endesa Chile entre 70 y 100 millones de dólares
La nueva central, que ha requerido una inversión de 600 millones de dólares, va a aportar el 9% de la generación eléctrica del país andino

Los principales ejecutivos de Endesa están contentos. Y no es para menos, ya que este mes ponen en marcha la central hidroeléctrica Ralco, concluyendo uno de los conflictos más largos y enconados que mantenían en el continente. Y es que la puesta en marcha de la central, que costó 600 millones de dólares y que aportará 570 megavatios, el 15% de la potencia de Endesa en este país, no ha sido fácil.

Desde que en 1995 se anunciara la puesta en marcha del proyecto, la empresa española ha realizado una serie de negociaciones con el Gobierno chileno, indígenas habitantes de la localidad en que se construyó la central y ecologistas que protegían el entorno natural de la represa.

Una larga historia que retrasó la finalización del proyecto en más de dos años, incluyendo dos paralizaciones del proyecto por más de un año entre 1998 y 2000; atentados a las instalaciones de las constructoras por la acción de grupos terroristas, un estudio de impacto ambiental rechazado y una demanda de indígenas en contra del Ejecutivo chileno ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

El principal problema fue la oposición de los habitantes de la cuenca del río Bío-Bío, lugar donde se instaló la central. Ralco ha sido históricamente habitado por grupos originarios de la etnia pehuenche, quienes defendieron incendiariamente sus terrenos ya que la instalación de la central era considerada como un atentado a sus antepasados y a su cultura.

La negativa obligó a la empresa energética a realizar un fuerte lobby para ganarse la simpatía de los pehuenches y de la sociedad chilena en general, ofreciendo un canje de tierras e indemnizaciones en ventajosas condiciones para los pobladores, además se crearon programas de desarrollo indígena en el país por un valor de seis millones de euros sólo en 2003.

Esto, más largos litigios legales y negociaciones entre las partes lograron que paulatinamente los habitantes de la zona fueran aceptando el canje de terrenos hasta que el 16 de septiembre de 2003 se firmó el protocolo de acuerdo con las últimas familias. Este último acuerdo costó a la empresa siete millones de dólares, cifra que se suma a un montante similar gastado en abogados, apelaciones, compras de terrenos e indemnizaciones a otras 81 familias que firmaron durante la década pasada.

Un final feliz que representa un balón de oxígeno para el sistema energético chileno, que atraviesa por una severa crisis de abastecimiento de gas desde que Argentina decidiera suspender casi el 30% del suministro habitual por sus problemas internos de producción. Ralco aportará el 9% de capacidad de generación instalada del sistema eléctrico chileno dando un nuevo impulso a la energía hidráulica, el principal combustible de la electricidad chilena que hasta el conflicto con Argentina estaba siendo reemplazada por el gas natural.

Espaldarazo a las cuentas

La puesta en marcha de Ralco también es un importante espaldarazo para las cuentas de Endesa en el continente. Según datos de la empresa, sólo por su puesta en funcionamiento Endesa Chile aumentará entre 70 y 100 millones de dólares su Ebitda anual, es decir, sus beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.

Estos números llegan en un momento de estrechez financiera para Endesa y para su compañía matriz Enersis -la filial mediante la cual Endesa España controla todos sus activos en Latinoamérica- ya que ambas se hallan en pleno proceso de reestructuración financiera que les ha permitido reducir su deuda en 3.000 millones de dólares en dos años, hasta situarla en 6.452 millones en junio pasado.

Los resultados semestrales de Endesa Chile llegaron a 52,3 millones de euros en beneficios en este semestre, un 31,6% menos que los primeros seis meses de 2003, producto de estos ajustes financieros, que fueron compensados con el aumento de la demanda energética en sus principales mercados como Chile y Argentina.

Latinoamérica representa para Endesa España el 30% de su capacidad eléctrica instalada, el 33% de su Ebitda y el 35% de sus activos en todo el mundo.

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