Un desembarco a plena luz
EDP controlará en octubre a Hidrocantábrico y ampliará capital por 1.195 millones de euros
La compañía Energía de Portugal (EDP), que desde 2001 posee el 40% de Hidroeléctrica del Cantábrico, se convertirá en octubre en el propietario casi exclusivo de la empresa asturiana, de la que pasará a tener el 95,7%. Con esta operación, la compañía portuguesa, con una posición hegemónica en su país y pendiente aún de privatizar, se consolidará como el tercer operador de la Península, aunque a gran distancia de Endesa e Iberdrola.
De este modo, EDP pasará a gestionar en solitario algo más del 5% de la generación eléctrica española y en torno al 8% del mercado. Con ello, EDP poseerá en el conjunto de la Península el 16,6% de la capacidad instalada y el 19,1% de los clientes. La toma de control casi absoluto de Cantábrico le permitirá, además, dominar el segundo operador gasista español, Naturcorp, que posee el 10% del mercado nacional y en el que Cantábrico controla el 62% de su capital. Y ello cuando EDP está a la espera de la autorización comunitaria para hacerse con la división gasista de la petrolera estatal portuguesa Galp, una reordenación de activos que fue diseñada por João Talone, en la actualidad primer ejecutivo de EDP. Con ambas operaciones, EDP pasará a ser el operador energético de la Península con mayor equilibro entre sus negocios de electricidad y gas, indica Manuel Menéndez, presidente de Cajastur y de Cantábrico.
Estos ámbitos serán las actividades en las que se va a concentrar a partir de ahora la eléctrica asturiana. Su nuevo accionista hegemónico ha decidido desprenderse de Telecable, la filial de Cantábrico en el ámbito de la telefonía y la televisión por cable, de cuya venta prevé obtener entre 60 y 80 millones de euros.
Francisco Sánchez, presidente del consejo de administración de EDP, asegura que, con la toma de control de Cantábrico, su grupo se erige en el operador eléctrico con una estructura de generación más compensada entre producción hidráulica, térmica clásica (carbón) y ciclos combinados (gas), lo que le permitirá competir con un mix más versátil y ponderado. EDP, con mayor componente hidráulico, y Cantábrico, con mayor vocación térmica, son sociedades por ello muy complementarias. Ambas, además, tienen en proyecto nuevos ciclos combinados y Cantábrico aporta a su vez una pequeña participación en la central nuclear de Trillo.
Cuota de mercado
Pero el grupo resultante también será, advierte Sánchez, el operador peninsular con una implantación geográfica más proporcionada a uno y otro lado de la frontera hispano-portuguesa. Es decir, ninguna de las eléctricas españolas posee en su propio país la posición dominante que EDP tiene en el suyo y ninguna controla en la actualidad en Portugal la cuota de mercado (8%) que la portuguesa va a tener en España.
La operación por la que la portuguesa EDP pasará a dominar el 95,7% de Hidroeléctrica del Cantábrico consiste en un pacto a cuatro bandas. EDP, que ahora tiene el 40% de la empresa asturiana, ha llegado a un acuerdo con la tercera eléctrica alemana, Energie Baden Wurttemberg (EnBW), para adquirirle el 34,6% que ésta posee desde 2001 en Cantábrico. EDP desembolsará por este paquete 649 millones de euros. A su vez, del 25,05% que ahora tiene la alianza formada por Cajastur (16,75%) y Caser (8,3%), EDP toma el 21,6% mediante un canje de acciones con Caja de Asturias, que pasará a tener el 5,6% de EDP (valorado en 452 millones de euros), y el pago a Caser de 93 millones de euros. Cajastur y Caser conservarán en Cantábrico, de forma conjunta, el 3,1%, en su mayor parte propiedad de la entidad financiera aseguradora, aunque sus derechos políticos los desempeñará la Caja de Asturias.
El restante 1,2% de la eléctrica está en poder de aquellos accionistas muy minoritarios que no acudieron a la OPA de exclusión de Bolsa que llevó a cabo Cantábrico en la primavera de 2002.
El desembolso en metálico para EDP ascenderá por ello a 1.195 millones de euros. La eléctrica portuguesa financiará la operación mediante una ampliación de capital por ese importe -la mayor de la historia empresarial lusa, según João Talone-, cuyo periodo de suscripción se prevé arranque en septiembre, tras la aprobación por el Gobierno de su país de un decreto para la privatización de EDP. Cinco bancos internacionales respaldan la operación, por lo que la colocación está garantizada, según la empresa portuguesa.
El pleno dominio de Cantábrico por EDP y el abandono de su accionariado por la alemana EnBW culmina una larga lucha por el control de Cantábrico, que arrancó en marzo de 2000 y en la que tomaron parte, durante un intenso año y medio, tres grupos nacionales (Cajastur, Unión Fenosa y el empresario Juan Miguel Villar Mir) y otros cinco extranjeros: la norteamericana TXU, la portuguesa EDP, las alemanas RWE y EnBW -ésta, a su vez, participada por la francesa EdF- y la belga Electrabel.
La salida ahora de EnBW se produce tras las pérdidas registradas por esta compañía el año pasado ( 1.193 millones de euros) a causa de las elevadas dotaciones que tuvo que realizar para provisionar riesgos y el déficit de la cadena Salamander, uno de los negocios ajenos a la energía en los que participó el grupo germano hasta el pasado enero. A su vez, su marcha coincide con el reordenamiento que su accionista de referencia, la compañía estatal francesa EdF, viene realizando de sus intereses continentales. Cantábrico era candidata a la desinversión porque, tras el pacto de accionistas, EnBW había asumido, en la práctica, una posición de socio financiero.
Reducción de costes
La plena integración de Hidrocantábrico reportará importantes ahorros a la sociedad portuguesa, estimados en 30 millones de euros anuales, merced a la gestión integrada de la oferta, la coordinación de actividades de adquisición de gas y de combustibles sólidos y la reducción de costes por la adopción de estrategias comunes de producción y comercialización de energía. Así que cuando EnBW le ofreció a EDP su 34,6% en Cantábrico, la empresa portuguesa aceptó de inmediato porque ésa era su aspiración desde hacía tres años. El siguiente movimiento de EDP, ya con el 74,1% de HC en su poder, fue plantear a Cajastur y Caser que estaba dispuesta a llegar a nuevos acuerdos con los dos accionistas financieros españoles. De este modo se hará con el 95,7%.
Pero las ventajas para EDP no acaban aquí. Además de asumir el control de Cantábrico, la compañía portuguesa incorpora en su capital a un socio aliado, Cajastur, con el que tiene relaciones excelentes , que han ido estrechando más durante últimos cuatro años de colaboración mutua. Con ello, EDP reforzará su base accionarial afín, un objetivo trascendental cuando aún está pendiente la definitiva privatización de la compañía. Sin el 26% en poder del Estado, el riesgo de eventuales tomas de posición hostiles se acrecienta. De ahí que EDP quiera crear un núcleo accionarial sólido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.