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ETA reaparece en Asturias y Cantabria

La banda hace estallar dos bombas sin causar víctimas en Ribadesella y San Vicente de la Barquera

El artefacto que hizo explosión frente a la playa de Ribadesella estaba compuesto por unos 300 gramos de dinamita Titadyne. La bomba era de poca potencia, estaba colocada en el interior de una fiambrera. Había sido depositada dentro de una bolsa de plástico, en un pequeño jardín exterior del hotel Ribadesella Playa, en primera línea del paseo marítimo. Cuando el artefacto estalló, poco antes de la una de la tarde, centenares de personas tomaban el sol en el arenal. Muy poca gente, sin embargo, comparada con las decenas de miles de personas que apenas a medio kilómetro de distancia asistían al desenlace del Descenso Internacional del Sella, en el que tomaban parte más de mil piragüistas de 18 países.

"Lo importante es que no ha pasado nada", coincidían en afirmar varios hosteleros
Los dos artefactos tenían de 200 a 300 gramos de explosivo
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El artefacto no provocó daños personales y apenas unos pocos desperfectos: un murete de ladrillo destruido y rotura de cristales en varias ventanas. En la playa, sólo unos pocos bañistas se percataron del origen del incidente, hasta que la zona fue acordonada por efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Local. El tránsito en la calle de Ricardo Cangas, la entrada principal del hotel, segunda línea de playa, quedó interrumpido durante más de dos horas, mientras especialistas del instituto armado inspeccionaban la zona.

La colocación del artefacto había sido anunciada minutos antes de que hiciera explosión a través de una llamada telefónica al diario asturiano La Nueva España. Una voz que dijo hablar en nombre de ETA también anunció el otro explosivo en la cercana San Vicente de la Barquera. Según el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, un malentendido en la conversación entre el comunicante anónimo y su interlocutor al teléfono hizo pensar que un tercer artefacto había sido colocado en otra localidad, hipótesis desechada a primera hora de la tarde. El delegado calificó la acción terrorista como "un intento claro de alterar una jornada vacacional y festiva por parte de la banda criminal ETA". La ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, Elena Espinosa, que asistía al descenso del Sella, felicitó a las fuerzas de seguridad por la labor desarrollada en condiciones adversas, en medio de una multitudinaria fiesta, lo mismo que el presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces.

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Cuando el artefacto hizo explosión, la ministra, el presidente autonómico y numerosos cargos políticos asturianos contemplaban el desenlace de la prueba deportiva desde la tribuna de autoridades, al pie de la ría. Ninguno de los actos previstos allí sufrió alteraciones. Según explicó Trevín, tras recibirse el aviso de bomba, en una población atestada de público, la Guardia Civil concentró en tres puntos un rastreo urgente en busca del explosivo: fueron peinados el palco de autoridades, el puente sobre la ría y la gigantesca carpa instalada en las afueras de Ribadesella.

En San Vicente de la Barquera, había pasado ya el mediodía y, como todos los sábados, era día de mercadillo. Los restaurantes tenían reservadas prácticamente todas sus plazas y las playas de la zona estaban repletas de gente. Algunos bañistas dicen que oyeron el estallido también poco antes de una de la tarde. Al final sólo fue un pequeño explosivo de menos de 200 gramos colocado dentro de una fiambrera en los jardines de la avenida Miramar, cercanos a los puestos del mercadillo, y cuya autoría se le atribuye a ETA después de que una persona llamara al diario Gara. La explosión, que se produjo después de desalojado el público, apenas dañó un seto. Pero la confusión y la indignación se apoderaron de la población.

El presidente de la comunidad, Miguel Ángel Revilla, acudió desde Valderredible -en el límite con la provincia de Burgos- donde asistía a la celebración de las fiestas de la Virgen de las Nieves. Revilla, que recordó que Cantabria festeja este domingo el Día de la Comunidad y que en Ribadesella se celebraba el Descenso Internacional del Sella, condenó el terrorismo y llamó psicópatas a los autores del atentado. Llamó a la reflexión de los partidos demócratas y sobre todo de los vascos. "Especialmente al PNV", afirmó. "Siempre que veo al lehendakari, se lo digo. No se puede reivindicar nada políticamente con ETA empañando la normalidad; no se puede tolerar que una banda terrorista tenga cobertura política". Añadió que Cantabria es una región vecina a Euskadi que acoge con los brazos abiertos a los miles de vascos que visitan la región "porque la mayor parte es gente de bien".

A las 16.00 horas San Vicente recobraba lentamente el pulso. Toñín, del restaurante Boga Boga, tenía que resignarse, como el resto de colegas a que el local estuviera casi vacío. "Lo importante es que no ha pasado nada", coincidían. Los vendedores ambulantes recogían sus puestos y los vecinos volvían a sus casas después de cuatro horas desalojados.

Agentes de la Policía Científica observan el lugar donde se produjo la explosión en Ribadesella.
Agentes de la Policía Científica observan el lugar donde se produjo la explosión en Ribadesella.EFE

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