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La Guardia Civil intensifica los controles ante la amenaza de atentados terroristas en la costa

La alerta lanzada el viernes por el Gobierno ante la posibilidad de nuevos atentados de la banda terrorista ETA contra intereses turísticos -que ayer se vio confirmada por la colocación de sendos artefactos en Ribadesella (Asturias) y San Vicente de la Barquera (Cantabria)- ha obligado a intensificar los controles. Después de que el Ministerio del Iterior pidiera colaboración ciudadana para la localización de seis presuntos miembros de la banda huidos de la justicia y que podrían estar preparando algún atentado durante el periodo estival, la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía se han desplegado en la costa valenciana para prevenir posibles ataques. Y los bañistas que ayer disfrutaban en las playas de Benicàssim -abarrotadas estos días debido al festival internacional de música- lo pudieron comprobar: una patrullera de la Guardia Civil del Mar, que habitualmente no traspasa la línea de boyas que delimita la zona de baño a la que no pueden acceder las embarcaciones, se acercó hasta muy pocos metros de la playa.

El ministerio del Interior hizo ayer un llamamiento a la calma y la confianza en la labor de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo, en una nota de prensa emitida por el departamento que dirige José Antonio Alonso.

El pasado año hubo tres ataques contra el turismo, aunque dos de ellos tuvieron especial gravedad porque consistieron en la colocación de bombas de gran potencia en sendos hoteles de Alicante y Benidorm en los que hubo diez heridos. La breve campaña de atentados de de ETA en 2003 tuvo lugar a finales del mes de julio, entre los días 22 y 27. La banda no logró darle continuidad porque la policía identificó en cuestión de horas a los dos autores de los atentados de la costa mediterránea y provocó la fuga de los dos etarras cortando los planes de continuar colocando nuevas bombas. La última acción mortal de ETA en un enclave turístico fue el 4 de agosto de 2002: un atentado con coche bomba contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Santa Pola en el que murieron un hombre y una niña de seis años.

Una patrullera de la Guardia Civil, ayer, a escasos metros de una de las escolleras de la playa de Benicàssim. 

/ SANTIAGO CARREGUÍ
Una patrullera de la Guardia Civil, ayer, a escasos metros de una de las escolleras de la playa de Benicàssim. / SANTIAGO CARREGUÍ
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