La última obra
Unos meses antes de fallecer, Antonio Gades creó una fundación que lleva su nombre "por y para la danza, para que aprendan las generaciones jóvenes, para conservar el patrimonio coreográfico español e impulsar su difusión en todo el mundo". Hace ya muchos años que comentaba su deseo de poner en marcha una gran escuela de baile, donde los futuros profesionales pudiesen formarse en el flamenco, la escuela bolera, el llamado clásico español y el folclore, las cuatro columnas del baile en España. Se nos ha ido sin ver realizado su proyecto, pero ha donado su obra a una fundación de la que forma parte su familia, y que, por expreso deseo de Antonio, tengo el honor de presidir.
Los cometidos de la fundación quedan perfectamente expresados en los estatutos: impulsar actividades de todo tipo relacionadas con el baile español, tales como seminarios, clases magistrales, exposiciones, talleres, y la puesta en marcha de diversas ediciones de sus obras, la música, el baile, el vestuario y todo lo relacionado con su arte. Nos ponemos en marcha enseguida, y no tenemos otra meta que la de mostrar al mundo la grandeza de Gades y, en la medida de lo posible, contribuir a la formación de nuevas generaciones de bailarines en los principios que Antonio ha legado a la danza y el teatro contemporáneo.
Antonio era un fuera de serie, la excepción en un mundo plagado de frivolidades, generoso con sus compañeros. Todos están de acuerdo, su contribución está más que asumida, sólo nos resta mantenerla e impulsar su propagación, por la danza española que ha perdido a su hijo más transgresor, artífice de la necesaria renovación que vivió el baile flamenco en su dimensión teatral. Medio siglo de duro trabajo dio como resultado un artista íntegro, honrado y cabal. Su ejemplo servirá de guía a la fundación y nuestro único deseo es honrar su memoria como a él le hubiera gustado, contribuyendo a mejorar las condiciones actuales del baile en España.
Faustino Núñez es presidente de la Fundación Antonio Gades.
