"A tope, chicos, a tope"
"Full gas, boys, full gas". A tope, chicos, a tope. La voz de Lance Armstrong llega a hacerse odiosa para aquellos aventureros que en los primeros kilómetros de las etapas de transición, llanas o intranscendentes, intentan la fuga, su medio de subsistencia, y se encuentran, de entrada con la oposición del patrón de la carrera, del autor del Tour 2004, que quiere tenerlo todo controlado, sin sorpresas, y ordena a su troupe, a los actores que representan sus diálogos y monólogos, acelerar, acelerar hasta reventar a los insumisos.